Monición de entrada
Buenos días (tardes, noches) queridos hermanos. Nos llena de mucha alegría tenerles nuevamente en la casa de Dios para la celebración eucarística, en el vigésimo séptimo domingo del tiempo ordinario.
A todos los bautizados, miembros de la Iglesia, se nos ha confiado la misión de colaborar en el desarrollo del reino de Dios en el mundo. La Palabra de Dios hoy nos interroga sobre nuestra fidelidad a esa misión.
Dispuestos a vivir el compromiso adquirido en nuestro bautismo, comencemos esta misa con el canto de entrada.
Moniciones a las lecturas
Monición única para todas las lecturas
En las lecturas de hoy, Isaías nos cuenta la relación de Dios con su pueblo como la historia de un amor no correspondido. Es la misma historia que encontramos en el salmo 79. El evangelio mantiene la imagen de la viña, en este caso como el Reino entregado al pueblo de Israel. Éste no da los frutos esperados y maltrata y asesina a los enviados de Dios, terminando con su propio Hijo. Pablo, testigo de la nueva alianza, anima a los filipenses a abrirse al amor del Dios de la paz viviendo como verdaderos discípulos de Cristo.
Moniciones para cada lectura
Monición a la primera lectura (Isaías: 5, 1-7)
700 años Antes de Cristo, el profeta Isaías canta una canción a su viña, una historia que termina mal. Inicialmente es una canción de amor bajo la alegoría de una viña. Después pasa a ser un juicio de Dios sobre la casa de Israel. Pongamos atención.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Isaías: 5, 1-7
Voy a cantar en nombre de mi amigo
un canto de amor a su viña.
Mi amigo tenía una viña
en fértil collado.
La entrecavó, la descantó,
y plantó buenas cepas;
construyó en medio una atalaya
y cavó un lagar.
Y esperó que diese uvas,
pero dio agrazones.
Pues ahora, habitantes de Jerusalén,
hombres de Judá,
por favor, sed jueces
entre mí y mi viña.
¿Qué más cabía hacer por mi viña
que yo no lo haya hecho?
¿Por qué, esperando que diera uvas,
dio agrazones?
Pues ahora os diré a vosotros
lo que voy a hacer con mi viña:
quitar su valla
para que sirva de pasto,
derruir su tapia
para que la pisoteen.
La dejaré arrasada:
no la podarán ni la escardarán,
crecerán zarzas y cardos;
prohibiré a las nubes
que lluevan sobre ella.
La viña del Señor de los ejércitos
es la casa de Israel;
son los hombres de Judá
su plantel preferido.
Esperó de ellos derecho,
y ahí tenéis: asesinatos;
esperó justicia,
y ahí tenéis: lamentos.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 79)
El salmo 79 recoge como idea central la misma del profeta Isaías: «la viña del Señor es la casa de Israel». Contestaremos todos:
Salmo responsorial: Salmo 79, 9 y 12. 13-14. 15-16. 19-20
R. La viña del Señor es la casa de Israel.
Sacaste una vid de Egipto,
expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste.
Extendió sus sarmientos hasta el mar,
y sus brotes hasta el Gran Río. R.
¿Por qué has derribado su cerca
para que la saqueen los viandantes,
la pisoteen los jabalíes
y se la coman las alimañas? R.
Dios de los ejércitos, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra plantó,
y que tú hiciste vigorosa. R.
No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que invoquemos tu nombre.
Señor, Dios de los ejércitos, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve. R.
Monición a la segunda lectura (Filipenses 4, 6-9)
Hacia el final de su carta a los Filipenses, Pablo hace una serie de recomendaciones que deben caracterizar su vida y asegurarles la paz, pidiendo también una apertura a todo lo bueno.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 4, 6-9
Hermanos:
Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en cuenta.
Y lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis y visteis en mí, ponedlo por obra.
Y el Dios de la paz estará con vosotros.
Palabra de Dios.
Monición al Evangelio (Mateo 20, 1-16)
Mateo resume el tema de la viña que escuchábamos en la primera lectura. Jesús, en la etapa final de Jerusalén, en que va agudizándose su enfrentamiento con los dirigentes del pueblo, retrata a estos en la figura de los viñadores ingratos y asesinos. Cantemos primero el aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Mateo 21, 33-43
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los senadores del pueblo:
—«Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje.
Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon.
Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: «Tendrán respeto a mi hijo».
Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: «Éste es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia».
Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron.
Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?».
Le contestaron:
—«Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos».
Y Jesús les dice:
—«¿No habéis leído nunca en la Escritura:
«La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente?».
Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: Oremos al Señor, nuestro Dios, el dueño de la viña, y presentémosle nuestras plegarias diciendo todos:
Señor, escucha nuestra oración.
- Por nuestra Santa Madre, la Iglesia Católica, para que siga sea siempre fiel a su misión de anunciar el reino de Dios y procurar que su anuncio llegue a todo. Oremos.
- Por los gobernantes, para que luchen por lograr en todas las naciones la paz, el desarrollo, el progreso y la libertad. Oremos.
- Por los que sufren por diferentes causas, para que el Señor los alivie y libre de sus males. Oremos.
- Por nosotros, para que temamos nos sea quitado también a nosotros el reino de
Dios, si no damos fruto a su tiempo. Oremos.
Presidente: Señor, atiende las oraciones que te presentamos los obreros de tu viña, ayúdanos a acoger con gozo la salvación que nos trae tu Hijo y a dar frutos de santidad para la gloria. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén
Presentación de las Ofrendas
Cristo nos habló en su palabra, pronto lo estará también en el Pan y el Vino consagrados. Por eso, como ofrenda espiritual, presentemos al Señor todo el trabajo que hemos hecho por el Reino de los cielos.
Comunión
Cristo se nos ofrece en el altar para ser nuestro alimento imperecedero. Después de haber preparado nuestros corazones para recibirle dignamente, acerquémonos a comulgar.
Final
Ahora llega el momento de ir a hacer vida la Palabra que hemos escuchado. Vayamos a trabajar arduamente por el Reino de Dios y su justicia, para encontrarnos nuevamente el próximo domingo en este lugar santo.
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