“Date tiempo”. Antes de actuar, de anunciar, de sentir, de abrazar, toma el pulso a tu vida. Como Jesús en el desierto. Como dice el papa Francisco, el tiempo es superior al espacio: necesitamos darnos el tiempo y dar comienzo a los procesos para restaurar nuestro proyecto de vida. Reencontrarnos con nuestras debilidades, fracasos y pecados y sentir a Dios para potenciar fortalezas y oportunidades.
EVANGELIO
Entonces el Espíritu llevó a Jesús al desierto, para que el diablo lo pusiera a prueba. Después de ayunar cuarenta días y cuarenta noches, sintió hambre. El tentador se acercó entonces y le dijo: - Si eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes.
Jesús le respondió: - Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Después el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en el alero del templo y le dijo: - Si eres Hijo de Dios, tírate abajo; porque está escrito: Dará órdenes a sus ángeles para que te lleven en brazos, de modo que tu pie no tropiece en piedra alguna.
Jesús le dijo: - También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios.
De nuevo lo llevó consigo el diablo a un monte muy alto, le mostró todos los reinos del mundo con su gloria y le dijo: - Todo esto te daré, si te postras y me adoras.
Entonces Jesús le dijo: - Márchate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor tu Dios y sólo a él le darás culto.
Entonces el diablo se alejó de él, y unos ángeles se acercaron y le servían.
(MATEO 4,1-11)
• «Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu». El desierto es lugar de prueba, de tentación. También en el desierto se acoge en silencio la presencia de Dios. Antes de proclamar la cercanía del Reino, Jesús se retira al desierto para escuchar la voz de su interior, la voz del Espíritu, la voz de Dios. Es la simbólica “cuarentena”, antes de la tentación.
¿Quieres vivir tu vida al margen, de espaldas a Dios, o estás dispuesto a acoger la voluntad del Padre, a ser y vivir como hijo?, es la gran prueba que escuchamos este domingo en las palabras del tentador. En las tres tentaciones narradas en el evangelio, y en todas las que vendrán después, late la misma y única prueba: aceptar o no la voluntad de Dios.
Antes de seguir, para, DATE TIEMPO. Adéntrate en el desierto de la mano del Espíritu. Toma distancia, serena el ánimo.
TESTIMONIO: Para tener un proyecto de Vida
“Intentamos llegar al ambiente de esos jóvenes, a través de sus actividades laborales, en el trabajo o en el estudio, y hacemos un esfuerzo de adaptación y comprensión en cada caso. Hay jóvenes que lo están pasando muy mal, no tienen trabajo, viven en familias desestructuradas, sin apoyo, algunos no terminan los estudios, tienen una inestabilidad vital que les condiciona su comportamiento y en esas condiciones es muy complicado que acudan a la parroquia o entiendan que hay una Iglesia que está dispuesta a acogerles
Nuestra misión es provocar un despertar en esos jóvenes y tratar de llevarles un mensaje de esperanza, porque el problema no es solo suyo, es también colectivo y debemos resolverlo entre todos. Y el Evangelio es un instrumento eficaz, porque transmite esperanza y nos ayuda a enfocar los problemas desde la solidaridad, el amor y sobre todo la alegría que es importante que sepamos transmitir.
Las condiciones laborales son uno de los ejes principales para hambre. El tentador se acercó entonces y le dijo: - Si eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes.
Jesús le respondió: - Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Después el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en el alero del templo y le dijo: - Si eres Hijo de Dios, tírate abajo; porque está escrito: Dará órdenes a sus ángeles para que te lleven en brazos, de modo que tu pie no tropiece en piedra alguna.
Jesús le dijo: - También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios.
De nuevo lo llevó consigo el diablo a un monte muy alto, le mostró todos los reinos del mundo con su gloria y le dijo: - Todo esto te daré, si te postras y me adoras.
Entonces Jesús le dijo: - Márchate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor tu Dios y sólo a él le darás culto.
Entonces el diablo se alejó de él, y unos ángeles se acercaron y le servían.
(MATEO 4,1-11)
• «Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu». El desierto es lugar de prueba, de tentación. También en el desierto se acoge en silencio la presencia de Dios. Antes de proclamar la cercanía del Reino, Jesús se retira al desierto para escuchar la voz de su interior, la voz del Espíritu, la voz de Dios. Es la simbólica “cuarentena”, antes de la tentación.
¿Quieres vivir tu vida al margen, de espaldas a Dios, o estás dispuesto a acoger la voluntad del Padre, a ser y vivir como hijo?, es la gran prueba que escuchamos este domingo en las palabras del tentador. En las tres tentaciones narradas en el evangelio, y en todas las que vendrán después, late la misma y única prueba: aceptar o no la voluntad de Dios.
Antes de seguir, para, DATE TIEMPO. Adéntrate en el desierto de la mano del Espíritu. Toma distancia, serena el ánimo.
TESTIMONIO: Para tener un proyecto de Vida transformar, porque para los jóvenes supone la base de nuestro proyecto de vida, debemos buscar la dignidad en nuestro medio de trabajo en salarios, horarios y tiempo de ocio y unas relaciones sociales y laborales en las que la persona debe situarse en primer lugar, dejando espacio a la participación y el desarrollo personal. De todo ello se derivan otros temas como el acceso a la vivienda, la participación política...etc.
Javier, JOC de Burgos.
• Jesús nos mueve a mirarnos desde lo profundo. Más allá del tener o el ser, podemos leer nuestra historia a través de las experiencias que nos han llevado a transitar por ese desierto, aparentemente infértil. Cuando confiamos en que Dios no nos abandona y no huimos para no enfrentarnos a nuestros propios “demonios”, tomamos consciencia de quiénes somos, y fortalecidos salimos a transformar el mundo para construir el Reino de Dios.
ORACIÓN
Pronto nos pondremos en camino.
Preparemos mochila y botas.
Recuperemos brújula y mapa.
Midamos fuerzas.
Soñemos horizontes.
Repasemos rutas.
Procuremos ir ligeros.
Dejemos en casa lo innecesario
y elijamos un camino.
Su camino.
Toma impulso.
Date tiempo.
Es la hora de la Cuaresma.
Óscar Cala sj
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