21 diciembre 2022

Sábado 24 de diciembre 2022 / Nochebuena. Misa de la noche de la Natividad del Señor

 —BIENVENIDA: 

Antes de la salida del celebrante

Queridos hermanos, hemos venido peregrinando a lo largo de estas semanas de Adviento, en la espera del nacimiento del Salvador, y nuestra espera ha llegado a su fin: nuestro Salvador ha nacido y la fiesta de la Navidad nos llena de alegría, porque "con la encarnación del Verbo, el Creador ha sellado con los hombres un pacto de alianza eterna."

Pero es preciso que, todos y cada uno de nosotros, encontremos el sentido profundo de esta fiesta en nuestras vidas. Que la palabra de Dios que escucharemos y la Eucaristía que celebraremos, nos ayuden a acoger la venida del Señor en lo profundo de nuestro corazón

La Navidad no es un simple hecho histórico, sino algo que se prolonga hasta el final de la historia, signo de nuestro misterioso renacer a la vida divina; y este nacimiento nos hace hombres nuevos, que debemos sentir, pensar, amar y obrar de manera nueva. Dios, viene hasta nosotros, pequeño y en un pesebre, para que comprendamos que, en la pequeñez, está el camino y la puerta para llegar y encontrarse con Él.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Is 9,  1-6) 

El Profeta eleva un canto de esperanza a su pueblo: con la llegada del Mesías llega la luz que ha de disipar definitivamente las tinieblas de sus vidas. Y ese canto se hace actual para cada uno de nosotros.   

SALMO RESP.:    (95, 1-3. 11-13)      

R. Hoy nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor.

2ª. LECTURA:     (Tt 2, 11-14)   

Pablo nos manifiesta que la gracia de la venida de Jesús, ha de hacer de nosotros hombres nuevos en la espera de su segunda venida gloriosa.

EVANGELIO:   (Lc 2, 1-14)

Del santo Evangelio nace el relato del que nace nuestra verdadera vida: Dios se ha hecho uno de nosotros para que nosotros pudiéramos ser hijos de Dios. Aclamémoslo con nuestro gozoso Aleluya.

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Queridos hermanos, en esta noche en que se manifestó la bondad y del amor de Dios hacia todos los hombres, poniendo nuestra confianza, no en nuestros méritos, sino en su misericordia, oremos humildemente a nuestro Padre del Cielo.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"POR CRISTO, LUZ DEL MUNDO, ESCÚCHANOS SEÑOR"

—Padre nuestro, te pedimos por la Iglesia y el Papa Francisco, para que esta Navidad fortalezca ese anuncio gozoso y todos los hombres escuchemos en él a tu Hijo, oremos...

—Padre nuestro, te pedimos por nuestros obispos y por nuestros sacerdotes, haz que con sus ejemplos podamos construir una Iglesia diocesana en la que todos abramos el corazón para hospedar a Dios, oremos...

—Padre lleno de amor, haz que todos, reconociéndonos como verdaderos hermanos entre nosotros, podamos construir una patria en la que reine la justicia, la fraternidad y la solidaridad, oremos...

—Padre rico en misericordia, haz que esta Navidad, la visita de la Virgen Madre, acompañe y enriquezca a los que están solos, a los que sufren, a los que están necesitados de pan y de amor, oremos...

—Padre nuestro, que enviaste a tu Hijo para que fuera la luz del mundo, haz que  en nuestra comunidad le ofrezcamos la posada de nuestro corazón, y nuestra mesa abunde de humildad, ternura, pobreza y amor, oremos...

CELEBRANTE:

Escucha, Padre Santo, nuestras plegarias y concede a cuantos celebran con alegría el nacimiento de tu Hijo Jesús, engendrado de la Virgen María, vivir libres de todo mal, hacer siempre el bien y enriquecerse con tus dones. Por Jesucristo, nuestro Señor.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

El pan y el vino se convertirán en el Cuerpo y la Sangre del Señor, y deben ser un verdadero signo del ofrecimiento de nuestras propias vidas, para que en ellas, y a partir de este día, nazca realmente el Salvador.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Por Cristo hemos conocido a Dios, es decir, la Verdad, la Vida, el Amor; pero Cristo sigue iluminando e impulsando nuestro camino hacia la Luz, hacia la Fiesta. Por eso hoy, solemnemente, demos gracias al Padre.

COMUNIÓN:

Un Niño nos ha nacido, un Hijo se nos ha dado: es el Príncipe de la Paz, que ahora se nos ofrece sacramentado para que también nosotros recibamos la luz que nos conduce hacia la Gloria de Dios.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Que hoy Jesús, en los brazos de María y bajo la mirada serena de José, nos haga renacer en nuestra fe. Nos haga conmover ante este Misterio y nos transforme en portadores de verdad, de bondad, de solidaridad y de perdón. ¡Feliz Navidad!

CANTAMOS

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