27 septiembre 2022

Domingo 2 octubre 2022, XXVII Domingo del Tiempo Ordinario, ciclo C.

 XXVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO


Antífona de entrada Cf. Est 4, 17
A tu poder, Señor, está sometido el mundo entero; nadie puede oponerse a ti. Tú creaste el cielo y la tierra y las maravillas todas que existen bajo el cielo. Tú eres Señor del universo.
I
Monición de entrada
Año C
Hemos sido convocados para alabar a Dios y para acoger la salvación que Dios nos regala por la participación en la eucaristía. Este es el gran sacramento de la fe que siempre pide de nosotros el crecimiento en la fe para descubrir a Dios en la celebración y para que esta fe sea la que mueva nuestras buenas obras y nuestra vida cotidiana. Con nosotros está el Señor, abramos nuestro corazón para encontrarnos con él.

Acto penitencial
Todo como en el Ordinario de la Misa. Para la tercera fórmula pueden usarse las siguientes invocaciones:
Año C
- Ayúdanos a superar nuestra incredulidad: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
- Queremos creer en ti: Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten piedad.
- Auméntanos la fe: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
En lugar del acto penitencial, se puede celebrar el rito de la bendición y de la aspersión del agua bendita.

Se dice Gloria.

Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, que desbordas con la abundancia de tu amor los méritos y los deseos de los que te suplican, derrama sobre nosotros tu misericordia, para que perdones lo que pesa en la conciencia y nos concedas aun aquello que la oración no menciona. Por nuestro Señor Jesucristo.


LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del XXVII Domingo del Tiempo Ordinario, ciclo C.

PRIMERA LECTURA Hab 1, 2-3; 2, 2-4
El justo por su fe vivirá
Lectura de la profecía de Habacuc.

Hasta cuándo, Señor,
pediré auxilio sin que me oigas,
te gritaré: Violencia!,
sin que me salves?
¿Por qué me haces ver crímenes
y contemplar opresiones?
¿Por qué pones ante mí
destrucción y violencia,
y surgen disputas
y se alzan contiendas?
Me respondió el Señor:
Escribe la visión y grábala
en tablillas, que se lea de corrido;
pues la visión tiene un plazo,
pero llegará a su término sin defraudar.
Si se atrasa, espera en ella,
pues llegará y no tardará.
Mira, el altanero no triunfará;
pero el justo por su fe vivirá.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 94, 1-2. 6-7c. 7d-9 (R.: cf. 7d-8a)
R. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».


V. Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
R. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».

V. Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
R. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».

V. Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masa en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron,
aunque habían visto mis obras».
R. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».

SEGUNDA LECTURA 2 Tim 1, 6-8. 13-14
No te avergüences del testimonio de nuestro Señor
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo.

Querido hermano:
Te recuerdo que reavives el don de Dios que hay en ti por la imposición de mis manos, pues Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de fortaleza, de amor y de templanza. Así pues, no te avergüences del testimonio de nuestro Señor ni de mí, su prisionero; antes bien, toma parte en los padecimientos por el Evangelio, según la fuerza de Dios.
Ten por modelo las palabras sanas que has oído de mí en la fe y el amor que tienen su fundamento en Cristo Jesús. Vela por el precioso depósito con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Aleluya 1 Pe 1, 25
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. La palabra del Señor permanece para siempre; esta es la palabra del Evangelio que os ha sido anunciada. R.


EVANGELIO Lc 17, 5-10
¡Si tuvierais fe ... !
 Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, los apóstoles le dijeron al Señor:
«Auméntanos la fe».
El Señor dijo:
«Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera:
“Arráncate de raíz y plántate en el mar», y os obedecería.
¿Quién de vosotros, si tiene un criado labrando o pastoreando, le dice cuando vuelve del campo: “Enseguida, ven y ponte a la mesa”?
¿No le diréis más bien: “Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú”?
¿Acaso tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid:
“Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer”».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

Oración de los fieles
Oremos al Señor, nuestro Dios. El es la roca que nos salva.
- Por la Iglesia, para que sepa dar respuesta a los grandes interrogantes que el hombre se plantea sobre su vida y su destino. Roguemos al Señor.
- Por todos los pueblos del mundo, para que disfruten de paz y aumenten los lazos de unión y concordia entre ellos. Roguemos al Señor.
- Por los pobres, los enfermos, los que carecen de trabajo, para que encuentren la ayuda y el amor que necesitan. Roguemos al Señor.
- Por nosotros, aquí reunidos, para que, siguiendo la exhortación del Apóstol-que hemos escuchado-, vivamos con fe y amor cristianos. Roguemos al Señor.
Escucha nuestras súplicas, Señor, y auméntanos la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas
Acepta, Señor, el sacrificio establecido por ti y, por estos santos misterios que celebramos en razón de nuestro ministerio, perfecciona en nosotros como conviene la obra santificadora de tu redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO VII DOMINICAL DEL TIEMPO ORDINARIO
LA SALVACIÓN, FRUTO DE LA OBEDIENCIA DE CRISTO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque tu amor al mundo fue tan misericordioso que nos enviaste como redentor a tu propio Hijo, Y en todo lo quisiste semejante a nosotros, menos en el pecado, para poder así amar en nosotros lo que amabas en él. Con su obediencia has restaurado aquellos dones que por nuestra desobediencia habíamos perdido.
Por eso, Señor, nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles y con todos los santos, diciendo:

Santo, Santo, Santo…


Antífona de la comunión Cf. Lam 3, 25
El Señor es bueno para quienes esperan en él, para quien lo busca.

O bien: Cf. 1Cor 10, 17
Porque el pan es uno, nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo, pues todos comemos del mismo pan y participamos del mismo cáliz.


Oración después de la comunión
Concédenos, Dios todopoderoso, que nos alimentemos y saciemos en los sacramentos recibidos, hasta que nos transformemos en lo que hemos tomado. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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