27 septiembre 2022

DOMINGO 2 DE OCTUBRE DE 2022 DOMINGO 27º DURANTE EL AÑO

 PREPARACIÓN: 

Antes de la salida del celebrante

 

Queridos hermanos, nos encontramos reunidos, una vez más, en el domingo, el Día del Señor, en este domingo vigésimo séptimo durante el año. Y porque tenemos fe, como creyentes en Cristo, nuestro Redentor, porque queremos vivir de la fe, hemos acudido también este domingo a la reunión de los cristianos: a la celebración de la Eucaristía.

 

AMBIENTACIÓN: 

Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial

 

La verdadera fe, don de Dios, por pequeña que sea, puede lograr efectos humanamente inimaginables. Y el Señor nos dice que el hombre piadoso vive de la fe precisamente porque confía en Dios; que nos ha creado y nos sostiene en nuestra existencia, ya que somos obra de sus manos.

 

1ª. LECTURA:  (Ha 1, 2-3; 2, 2-4)        (Ver texto)

 

En una época llena de violencia, de incertidumbre y angustia, la palabra del Señor responde a la llamada del Profeta, indicando dónde está la seguridad. Este mensaje es actual y también se dirige a nosotros.

 

SALMO RESP.:     (94, 1-2. 6-9)    (Ver texto)

 

                    R.   ¡Ojalá hoy escuchen la voz del Señor!  

 

2ª. LECTURA:    (2 Tm 1, 6-8. 13-14)    (Ver texto)

 

Este bellísimo pasaje de la carta de Pablo a Timoteo, nos es dirigido hoy también a cada uno de nosotros, de parte de Dios, para que entendamos mejor lo que es el ministerio de nuestros obispos y sacerdotes.

 

EVANGELIO:   (Lc 17, 3b-10)      (Ver texto)

 

Escuchemos en el Evangelio, la conmovedora petición de los apóstoles y la respuesta de Jesús, que hoy nos manifiesta que no debemos tener una actitud de corazón autoritario que se atribuye los méritos de sus obras, olvidando que Dios es el que da el poder realizarlas.

 

ORACIÓN DE LOS FIELES:

 

CELEBRANTE:

 

Y ahora queridos hermanos, con gran confianza en nuestro Padre, que siempre nos escucha y nos responde, concediéndonos todo lo que necesitamos para poder llegar a su Reino, presentémosle nuestras súplicas.

 

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

 

"SEÑOR, AUMÉNTANOS LA FE"

 

 

v Padre santo, porque queremos encontrar siempre en tu Iglesia el verdadero depósito de la fe, te pedimos...

 

v Padre bueno, para que nuestra Iglesia diocesana, irradiando la alegría de la fe en el único Redentor, de siempre razón de la esperanza que la anima, y testimonio del amor que en tu Hijo nos ha renovado íntimamente, te pedimos...

 

v Señor de la historia, porque queremos que para cada uno de los que habitamos esta tierra, tu Hijo vuelva a ser el fundamento de nuestra vida y de nuestra moral, te pedimos...

 

v Señor de todo consuelo, para que todos los que sufren en su cuerpo o en su espíritu, encuentren en tu Hijo la fortaleza y la esperanza que les sostenga en su situación, te pedimos...

 

v Dios misericordioso, por todos los miembros de nuestra comunidad, para que vivamos alimentados permanentemente de la Palabra de Dios y así podamos crecer en nuestra fe, te pedimos...

 

CELEBRANTE:

 

Señor y Padre nuestro, te pedimos que atiendas favorablemente estas peticiones que hemos puesto en tu presencia y nos concedas tu Santo Espíritu que nos ayude a aumentar nuestra fe en tu Hijo, que es Dios y contigo vive y reina por los siglos de los siglos.

 

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

 

Junto al pan y el vino para el Sacrificio, pongamos toda nuestra vida y todas nuestras cosas, para que también todo quede consagrado a nuestro Padre del Cielo.

 

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

 

DIÁLOGO DEL PREFACIO:

Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

 

Con firme fe en la presencia salvadora de Dios entre nosotros, demos gracias al Padre y pidámosle la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros, para renovar nuestra vida.

 

COMUNIÓN:

 

Que nuestro encuentro con Cristo, que se da a nosotros en el sacramento de la Eucaristía, nos ayude a abrirnos y a entregarnos más a nuestros hermanos, a servirlos y a comunicarles nuestra fe.

 

COMUNIÓN ESPIRITUAL:

Al término de la distribución de la comunión.

 

Hermanos:

Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

 

Creo Señor mío que estás realmente presente

en el Santísimo Sacramento del altar.

Te amo sobre todas las cosas y deseo

ardientemente recibirte dentro de mi alma;

pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,

ven al menos espiritualmente a mi corazón.

Y como si te hubiese recibido, me abrazo

y me uno todo a Ti;

Oh Señor, no permitas que jamás me separe de Ti.

Amén.

 

DESPEDIDA:

 

Hermanos, como fruto de esta Eucaristía dominical, vivamos hoy y durante toda la semana, con el espíritu de fortaleza, de amor y de sobriedad, que nos ha hablado san Pablo.

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