MONICIÓN DE ENTRADA Muchos de nosotros habremos vuelto a nuestros lugares de origen. Otros habrán empezado sus vacaciones, pero todos, incluso aquellos, que el hemisferio sur no han vivido el verano, acudimos, un domingo más, a nuestra cita con el Señor. La mesa de su Cuerpo y de su Palabra está a nuestra disposición. Pero hará falta, una vez más, también, que nos importe más el interior que lo exterior, más el fondo que la forma. Jesús nos va a pedir limpieza de corazón y ojos limpios para ver al mundo y a los hermanos. Y que nunca, nuestro Maestro y Amigo nos vea sucios por dentro como encontró a los fariseos. |
Lectura de Postcomunión MONICIÓN La Liturgia de la Horas contiene muchos himnos bellísimos y de gran inspiración, presentamos hoy este que nos parece de una sencillez y profundidad emocionantes. DAME, SEÑOR Dame, Señor, la firme voluntad, compañera y sostén de la virtud: la que sabe en el golfo hallar la quietud y, en medio de las sombras, claridad; la que trueca en tesón la veleidad, y el ocio en perennal solicitud, y las ásperas fiebres en salud, y los torpes engaños en verdad
Y así conseguirá mi corazón que los favores que a tu amor debí le ofrezcan algún fruto en galardón…
Y aun tú, Señor, conseguirás así que no llegue a romper mi confusión la imagen tuya que pusiste en mí. Amén. Exhortación de despedida Hemos aprendido hoy algo muy importante que nos ha enseñado Jesús de Nazaret: hemos de ser sinceros y sencillos, y no hipócritas y malos hermanos como eran los fariseos. La sinceridad nos hace más felices porque con ella se demuestra que confiamos en el hermano. |
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