09 abril 2022

El canto de tu pueblo

 

Hoy queremos cantarte,
uniéndonos a la creación entera,
un canto nacido del corazón,
en las plazas y lugares de encuentro
de aldeas, pueblos y ciudades.

Porque tu paso y presencia
traen la alegría a nuestras vidas
y la paz a todos los rincones de la tierra.

Estamos cansados de las canciones militares,
pomposas y llenas de arrogancia,
que quieren comprar nuestra voluntad
y anuncian victoria con un gusto amargo
de sangre inútilmente derramada.

¡Nosotros queremos entonar una canción nueva!

Las canciones religiosas
que resuenan en los templos e iglesias,
en otros tiempos tan llenas de fe y vida,
no atraen y dejan vacíos esos lugares de encuentro,
pues ya no conectan con nuestros sentimientos.

Tampoco las que las se oyen concursos y festivales
nos conmueven y enganchan;
sus notas, ritmo y letras
no sintonizan con nuestras necesidades,
pues nos ofrecen un mundo irreal
en el que no podemos ser protagonistas.

Llenando ondas y programas a todas las horas
se hacen presentes las canciones de amor
y, aunque sean artículo de consumo diario,
se marchitan en nuestros labios sus notas
que se negocian, venden y compran sin pudor.

En los nuevos templos, salas de fiestas y discotecas,
las noches de vísperas y fines de semana,
los disc-jockeys nos invitan con canciones
a ritmo trepidante y ensordecedor,
a olvidar fracasos, decepciones y penas.

Y las canciones populares de fiestas y romerías
parecen de otro tiempo y cultura,
pues aunque las cantemos y bailemos,
no nos proporcionan la vida y el gozo
del que hablan nuestros padres y abuelos.

¡Nosotros queremos entonar una canción nueva!

Déjanos entonarte nuestro canto,
el canto que nace de la vida nueva
que Tú nos das cada día y hora.
Déjanos cantar y bailar,
con ritmo alegre y fraterno,
el sentir de nuestra vida,
hecho canción y danza sin miedos
para jóvenes, ancianos y niños de pecho.

Unidos a la creación entera,
a los pequeños, débiles y pobres,
a emigrantes, refugiados y sin patria,
a creyentes, agnósticos, ateos e indiferentes,
queremos cantarte una canción nueva.

La canción de la fraternidad y la esperanza,
porque Tú nos amas,
y hemos visto y sentido tu paso
por nuestro pueblo, iglesia y casa,
y te has dignado pararte y llamar
a las puertas de nuestras entrañas.

Florentino Ulibarri

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