26 abril 2022

Domingo 1 de mayo 2022 / 3º Domingo de Pascua. Ciclo C

 

—BIENVENIDA: 
Antes de la salida del celebrante

Con inmensa alegría celebramos hoy el tercer domingo de Pascua, y al reunirnos para celebrar la Eucaristía, presentamos a Dios todo lo que somos, todo lo que esperamos, todo lo que vivimos. Y sabemos que Él, porque nos ama, lo transforma todo y lo llena de vida.

Es el Señor. Después de una larga noche de soledad y fatiga, llega el alba: la luz vence a la oscuridad, el trabajo infructuoso se convierte en pesca fácil y abundante, el cansancio y la soledad se transforman en alegría y paz. Desde entonces, esos mismos sentimientos animan a la Iglesia. Aunque pueda parecer a veces que triunfan las tinieblas del mal y la fatiga de la vida diaria, la Iglesia sabe con certeza que sobre quienes siguen a Cristo resplandece ahora la luz inextinguible de la Pascua.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Hch 5, 27-32. 40b-41)        

El Espíritu Santo vivifica el compromiso apostólico de los discípulos de Cristo, sosteniéndolos en sus pruebas, iluminándolos en sus opciones y asegurando eficacia a su anuncio del misterio pascual.

SALMO RESP.:    (29, 2. 4-6. 11-12a. 13b)      

R. Yo te glorifico, Señor, porque Tú me libraste.

2ª. LECTURA:     (Ap 5, 11-14 )   

Como en una visión misteriosa, el libro del Apocalipsis nos habla del auténtico Cordero, el que ha liberado al mundo con su sangre y le ha abierto el camino de la vida.

EVANGELIO:   (Jn 21, 1-19)

Escuchemos, en la proclamación del santo Evangelio, al mismo Jesús que designa a Pedro para que vaya delante del rebaño, en su seguimiento y siendo el primero en el servicio a los demás. Aclamémoslo cantando jubilosamente el Aleluya.

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Queridos hermanos, oremos con fe al Padre que ha resucitado a Jesucristo de entre los muertos, vida y resurrección de todos los hombres, y que nos ha resucitado a todos nosotros juntamente con Él.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"POR CRISTO RESUCITADO, ESCÚCHANOS SEÑOR"

—Padre bueno, te pedimos por la Iglesia y el Papa Francisco, para que todos los hombres reconozcamos, en su palabra, el anuncio gozoso y liberador del Evangelio: Jesucristo muerto y resucitado que se entrega por nosotros, oremos...

—Padre todopoderoso, te pedimos por nuestros Obispos y nuestros sacerdotes, para que sean siempre fieles transmisores de la fe, desde su experiencia personal de fe en Cristo resucitado, oremos...

—Señor de la historia, te pedimos por los gobernantes y políticos de nuestra patria, para que tomen conciencia que la vida es un don de Dios, y por ello no puede la sociedad, el estado o el individuo disponer de ella, y que el legislar a favor del aborto es legislar en contra de la ley de Dios, oremos…

—Padre misericordioso, te pedimos por todos los que sufren, en su cuerpo o en su espíritu, los que están tristes, los que carecen de lo fundamental, para que un hecho tan trascendente como la resurrección devuelva a sus almas la confianza de que para Dios no hay imposibles y renazca en ellos la esperanza, oremos...

—Padre y Señor de la vida, te pedimos por todas las familias de nuestra comunidad, para que, siendo verdaderas evangelizadoras de la resurrección de tu Hijo, y saliendo al mundo, llenas de alegría, lleven este mensaje a las que aún no lo conocen, oremos…

CELEBRANTE:

Dios y Padre nuestro, tú que has llenado el mundo de regocijo por la resurrección de tu Hijo, y le has dado la alegría de haber recobrado la dignidad de la adopción filial, concédenos vivir unidos a su amor para alcanzar con Él la gloria. Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Ofrezcamos a nuestro Padre del Cielo, un sincero deseo de escuchar comprometidamente a su Hijo en nuestras vidas, reconociendo su palabra en la voz de nuestro Santo Padre.

 

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Dios nos da siempre pruebas de su amor; nos lo ha querido manifestar plenamente en Cristo, muerto y resucitado por nosotros. Por eso ahora lo alabamos y le damos gracias.

COMUNIÓN:

En la comunión nos unimos a Jesucristo, muerto y resucitado por nosotros. Acerquémonos, pues, a recibir la Eucaristía sabiendo que somos el nuevo pueblo de Dios, que camina hacia la vida que Jesucristo ya posee.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

¡En verdad, Cristo ha resucitado! ¡Aleluya! También hoy la Iglesia sigue proponiendo el mismo anuncio gozoso. Estas palabras son un grito de alegría y una invitación a la esperanza.

Y al terminar nuestra celebración recordemos que el próximo domingo se llevará a cabo en todo el mundo, la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones; jornada que nos compromete a todos los católicos, no sólo a orar, sino a trabajar activamente para promoverlas, en nuestras familias y en nuestras comunidades.

Nos despedimos cantando...

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