Enero 23 de 2022
Entrada: Celebramos el domingo de la Palabra de Dios, dirigimos nuestra mirada al Señor que nos convoca para actualizar su obra salvífica en nosotros, por eso nos disponemos al encuentro fraterno en torno a la mesa de la Palabra y del fracción del. Participemos con alegría de este encuentro con el Señor.
Lecturas: El pueblo restaurado tras el exilio inicia su nuevo caminar con la lectura del libro de la ley. Tanto Nehemías como Jesús insisten en el “hoy” como día consagrado a Dios, como tiempo de salvación, como ocasión para la alegría y la celebración. Formando un solo cuerpo con Cristo, escuchemos con fe esta palabra.
Ofrendas: Al llevar los dones a la mesa del altar, comprometámonos al trabajo que hace crecer el pan de nuestra mesa cotidiana.
Comunión: Acerquémonos ahora a recibir a Cristo, que se nos da en la comunión, renovando nuestra fe en el Sacramento del Cuerpo del Señor, que nos da vida en abundancia.
ORACIÓN UNIVERSAL
Queridos hermanos: la bondad del Padre nos ha insertado, por el bautismo, en el grande proyecto de la salvación. Supliquémosle ahora para que también nos ayude a leer los acontecimiento de cada día a la luz de su providencia. Oremos diciendo: Padre, escucha nuestra plegaria.
1. Oremos por el Papa y por todos los ministros de la Palabra para que seamos instrumentos eficaces en la proclamación de la buena noticia de la salvación. Oremos al Señor.
2. Oremos por los gobernantes para que trabajen a favor de los más pobres y vulnerables mediante el respeto a la dignidad de la persona humana. Oremos al Señor.
3. Oremos por quienes se dedican al estudio de la Sagrada Escritura, para que, iluminados por la efusión del Espíritu Santo, nos ayuden en la comprensión de la Palabra de Dios. Oremos al Señor.
4. Oremos por esta asamblea reunida en torno al altar, para que seamos constructores del reino de Dios, según los dones que cada uno haya recibido. Oremos al Señor.
Tu sabiduría, oh Padre, nos ayude a seguir tus caminos para que, en toda situación de la historia y del mundo, estemos firmemente afianzados en la esperanza que resplandece en Cristo el Señor. Que vive contigo por los siglos de los siglos.
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