Monición de entrada:
Hermanos en Cristo, hoy celebramos el Bautismo de Jesús en el río Jordán y con esta fiesta terminamos el gran tiempo navideño. Al salir Jesús del agua, el Padre proclama que Jesús es su Hijo muy amado y el Espíritu Santo, se posa sobre Él. Luego de esto, Jesús empieza su misión tal y como la vamos a ver en las dos primeras lecturas. Nosotros también, en virtud de nuestro Bautismo, estamos llamados a continuar la misión de Cristo en el mundo de hoy. Demos gracias a Dios y comencemos cantando con entusiasmo el cántico de entrada.
Primera lectura: Isaías 42, 1-4. 6-7 (Miren mi siervo, a quien sostengo)
Ésta lectura, tomada del libro de Isaías, es el primer cántico del siervo del Señor. Este siervo está llamado por Dios y formado por El para traer la justicia a las naciones. Él es humilde pero lleno de fortaleza; es el preferido de Dios y ungido por el Espíritu Santo. Escuchemos.
Segunda lectura: Hechos 10, 34-38 (Dios ungió a Jesús con la fuerza del Espíritu)
La segunda lectura es del libro de los hechos de los apóstoles. Ella resume enseñanza fundamental sobre Cristo, quien fue bautizado y ungido por Dios con la fuerza del Espíritu. Por eso tuvo el poder de proclamar el reino de Dios y de curar a los enfermos, porque Dios estaba con Él. Escuchemos atentamente.
Tercera lectura: Lucas 3, 15-16.21-22 (Bautismo de Jesús)
El relato del Bautismo de Cristo está tomado del Evangelio según san Lucas. La escena del bautismo de Jesús culmina en una manifestación maravillosa. Se abre el cielo, desciende sobre Jesús el Espíritu Santo, se oye la voz del Padre que anuncia la afiliación divina de Jesús y su complacencia en su Hijo. Padre, Hijo y Espíritu Santo se manifiestan. Antes de escuchar éste relato, cantemos el aleluya, de pie, por favor.
Oración Universal:
1. Para que todos los bautizados en Cristo, amados y elegidos de Dios, ungidos por el Espíritu Santo, pasemos, como Cristo, haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal, roguemos al Señor.
2. Para que los padres cristianos, al presentar a sus hijos para el bautismo, sean conscientes de su responsabilidad de transmitirles la vivencia de su fe, roguemos al Señor.
3. Para que cuantos se sienten oprimidos y habitan en las tinieblas abran las puertas a Cristo, luz de las naciones, roguemos al Señor.
4. Para que nuestros trabajos, quehaceres, obligaciones, cargos, imitemos a Cristo, que no vino a ser servido sino a servir, roguemos al Señor.
Exhortación Final
(Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, España, 1993, p. 443)
Hoy te bendecimos a boca llena, Señor Dios nuestro,
porque en el bautismo de Jesús realizaste signos visibles
que anunciaban el nuevo bautismo en el agua y Espíritu,
e hiciste descender tu voz desde el cielo para que el mundo
creyese que tu Palabra, Cristo Jesús, habitaba entre nosotros.
Así lo ungiste con el Espíritu como Mesías elegido
y enviado a anunciar la salvación a los pobres. ¡Gracias!
Gracias, Señor, también por nuestro propio bautismo
que nos incorpora a Cristo, a su muerte al pecado y
a su resurrección a la vida nueva que de ti recibimos
por medio de Jesús, tu hijo y nuestro hermano mayor.
Amén.
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