07 enero 2022

Liturgia Diaria Bautismo del Señor - Ciclo C

 domingo, 9 de enero de 2022

FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR (Ciclo C)

1.Mi Hijo Amado, mi Predilecto
2.¿Qué Decir de Nuestro Bautismo?

Saludo (Ver la Segunda Lectura)
Dios nos ha revelado su amabilidad y su amor
en Jesucristo nuestro Salvador,
salvándonos con un nuevo nacimiento
por medio del agua purificadora del bautismo,
y renovándonos con el Espíritu Santo.
Que el Señor, Jesús, esté siempre con vosotros.
R/ Y con tu espíritu.

Introducción por el) Celebrante    (Dos Opciones)

1. Mi Hijo Amado, Mi Predilecto.
Sintiendo todavía el espíritu de la Navidad, celebramos hoy el Bautismo del Señor. En la Navidad, Jesús se manifestó como un niño, pero era ciertamente el Hijo de Dios. En la fiesta de Epifanía se manifestó a sí  mismo a los gentiles como el Salvador de todas las personas y de todos los pueblos. Hoy, en la fiesta de su Bautismo, se nos revela como el Hijo amado intensamente por el Padre, acogiendo al Espíritu Santo que viene a morar en él y a guiarle en su nueva misión pública. Ahora ya puede comenzar abiertamente su misión. -- En esta eucaristía pedimos al Señor que nos haga conscientes de cómo también nosotros, por medio de nuestro propio bautismo, somos hijas e hijos queridos del Padre, y cómo el fuego del Espíritu debería inflamarnos para continuar la misma misión de Jesús.
 
2. ¿Qué Decir de Nuestro Bautismo?
En esta fiesta del Bautismo de nuestro Señor la liturgia nos recuerda nuestro propio bautismo. En su bautismo Jesús se percató de la misión que le esperaba, y se comprometió decididamente a la misma. Recibió la confirmación del cielo: el Padre y el Espíritu Santo estaban con él en su misión de salvar a los hombres. – En nuestro bautismo, el Padre nos aceptó también como a sus hijas e hijos queridos, y nos dio la misión de vivir la vida de Cristo. -- En esta eucaristía le pedimos al Señor, que está aquí con nosotros, que nos dé la perspicacia, la decisión y la fuerza para aceptar nuestra misión cristiana en nuestra vida.

Acto Penitencial
Examinémonos ante el Señor para comprobar
si estamos tomando nuestra vida cristiana en serio.
        (Pausa)
Señor Jesús, Hijo querido del Padre,
en el momento de tu bautismo
el mismo Padre te aseguró su aprobación
para tu misión:
R/ Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo Jesús, el Espíritu Santo descendió sobre ti
y confirmó que tú estabas haciendo lo recto y lo bueno, cumpliendo al voluntad del Padre:
R/ Cristo, ten piedad de nosotros.

Señor Jesús, tú nos trajiste en el bautismo
el amor del Padre y el fuego del Espíritu:
R/ Señor, ten piedad de nosotros.

Perdónanos, Señor, por que tantas veces no hemos sabido aprovechar plenamente la gracia de nuestro bautismo. Renuévanos y llévanos a la vida eterna.

Oración Colecta
Oremos para que con Jesús
seamos hijas e hijos queridos de Dios, nuestro Padre.
        (Pausa)
Oh Dios y Padre nuestro:
Con todos los cristianos renacidos en  el bautismo
te damos gracias.
Por medio de Jesús, todos y cada uno de nosotros
hemos llegado a ser tus hijas e hijos queridos,
Cólmanos con el fuego del Espíritu Santo
que guió a Jesús en su vida y en su muerte.
Que ese mismo Espíritu nos haga libres
para servirte a ti y para servirnos unos a otros
con un amor desinteresado, generoso y agradecido.
Te lo pedimos en el nombre de Jesús, el Señor.

Primera Lectura  (Is 42,1-4.6-7): He Aquí mi Siervo Amado. Mi Espíritu habita en Él
El profeta Isaías anuncia que el Espíritu de Dios va a guiar a su siervo fiel para traer al mundo justicia y amor compasivo y respetuoso. Ésta profecía se cumplirá en Jesús. Su misión es también nuestra.

Segunda Lectura (Hch 10,34-38): La Buena Noticia de Salvación es para todos
Pedro nos dice que el Espíritu de Dios habitó en el Señor, Jesús, y que su Buena Noticia de Salvación es para todos.

Evangelio (Lc 3,15-16.21-22): Tú eres mi Hijo Amado
En esta descripción del bautismo de Jesús Lucas le reconoce como Hijo de Dios. El Padre le da a Jesús la investidura para su misión como Salvador, y el Espíritu Santo le guiará.

Oración de los Fieles
Oremos hoy a nuestro Padre del cielo, que envió a su Hijo entre nosotros como un siervo, para hacernos libres y hacernos nuevos. Digámosle: R/ Señor, escucha a tu pueblo.
  1. Por la Iglesia y sus líderes, para que ni ellos ni nosotros busquemos componendas y arreglos con la riqueza y con el poder, sino que aprendamos a entregarnos  con amor, y a ayudar generosamente a los pobres, roguemos al Señor.     R/ Señor, escucha a tu pueblo.
  2. Por los que todavía no conocen a Cristo o que se han alejado de la Iglesia, para que por la forma cómo nosotros vivimos el evangelio les revelemos el amor del Señor, roguemos al Señor. R/ Señor, escucha a tu pueblo.
  3. Por nosotros, cristianos, y por todos los hombres, para que el Espíritu Santo nos guíe a todos a respetar a los pequeños, pobres e indefensos; que no los despreciemos ni aplastemos, sino que les demos justicia, respeto y amor, roguemos al Señor. R/ Señor, escucha a tu pueblo.
  4. Por todos los bautizados, para que sigamos fielmente a Cristo y para que, como él, deseemos servir desinteresadamente a los demás, más que ser servidos por ellos, roguemos al Señor. R/ Señor, escucha a tu pueblo.
  5. Por todos nosotros y por nuestras comunidades cristianas, para que la eucaristía fortalezca en nosotros los dones del Espíritu Santo y nos haga cada vez más fieles a nuestra vocación como hijos queridos de Dios, roguemos al Señor. R/ Señor, escucha a tu pueblo.
Señor Dios nuestro, tú nos llamaste a ser mujeres y hombres nuevos, cuando fuimos bautizados. Continúa renovándonos por medio de tu Espíritu, para que tengamos valor para seguir a Cristo sin condiciones, porque él es Hijo tuyo y Señor nuestro, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios y Padre nuestro:
Estos dones de pan y vino que te ofrecemos
se convertirán en el cuerpo y sangre de tu Hijo Jesús,
en quien te complaces.
Fortalécenos con su cuerpo y sangre
y que su Espíritu nos renueve
como a pueblo que viva sin componendas
el mensaje de justicia y amor
y la vida y el evangelio de tu Hijo.
De este modo, ojalá seamos de verdad
hijas e hijos tuyos queridos, tus predilectos,
ahora y por los siglos de los siglos.

Introducción a la Plegaria Eucarística
Demos gracias sinceras al Padre por habernos hecho en el bautismo sus hijas e hijos queridos, juntamente con Jesús el Señor.

Introducción al Padre Nuestro
Bautizados en el Espíritu Santo,
Hijos del Padre por Jesucristo, su Hijo amado,
digamos con toda confianza       
la oración que Jesús mismo nos enseñó.
R/ Padre nuestro…

Líbranos, Señor
Líbranos, Señor, de todos los males
y danos tu paz en nuestros días.
Reaviva en nosotros la gracia del bautismo
y guíanos por tu Santo Espíritu,
para que seamos fieles a nuestra misión
de vivir la vida y el evangelio de Jesús en este mundo,
mientras aguardamos con gozosa esperanza
la venida gloriosa
de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
R/ Tuyo es el reino…    

Invitación a la Comunión
Este es Jesucristo, el Señor,
el Hijo amado y predilecto del Padre.
Dichosos nosotros,
invitados a participar en este banquete
y a vivir su vida según su evangelio.
R/ Señor, no soy digno…

Oración después de la Comunión
Oh Dios y Padre nuestro:
Tú has abierto el cielo para nosotros
para fortalecernos con el pan de vida de la eucaristía
y para llenarnos con el Espíritu Santo.
Renuévanos y llámanos a dejar
nuestras certezas y apegos mundanos.
Envíanos a caminar hacia adelante sin temores
por la ruta de la justicia y de  la paz,
para que seamos  también tus hijos queridos
juntamente con tu Hijo siempre fiel,
Jesucristo nuestro Señor.

Bendición
Hermanos: En su bautismo, Jesús vio claramente su vocación:
servir a Dios y al pueblo.
En nuestro bautismo
nosotros también recibimos nuestra vocación,
la misma de Jesús, aunque a nuestra pequeña escala.
Que todos y cada uno de nosotros
nos convirtamos en siervos fieles
y en hijas e hijos amados del Padre,
siendo siempre humildes siervos
de los hermanos que nos rodean.
Y que la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo y Espíritu Santo
descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.

Podemos ir en la paz y en el amor del Señor.

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