01 noviembre 2018

PARA ESTAR CERCA DEL REINO DE DIOS


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Por Pedro Juan Díaz
Vivimos tiempos difíciles para la fe. Hace unos días, nuestro nuevo Obispo D. Jesús nos decía a los curas de la Vicaría de Elche (**) que él era consciente de esta dificultad y nos invitaba a vivir con intensidad este Año de la Fe, precisamente para fortalecerla y como una invitación a la conversión, porque la fe necesita ser constantemente renovada. Y uno de los pilares fuertes de nuestra fe ha de ser nuestra propia historia, hacer memoria de nuestra historia personal y comunitaria y descubrir a Dios caminando a nuestro lado, estando de nuestra parte. Para esto, será importante alejarnos de los ídolos que nos impiden ver a Dios cerca: la codicia, el egoísmo, el individualismo… y muchos otros, y volver a ese amor primero, a esa fe original de la que nos habla hoy la Palabra de Dios: “Escucha Israel, el Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas”.
2.- Así le contesta Jesús a un escriba que quería saber cuál era el primer mandamiento, el más importante, de una lista larga de preceptos (613) en que se había convertido la ley judía. Los escribas eran los guías religiosos del pueblo. Conocían la ley perfectamente y, como maestros, la aplicaban a los casos concretos de la vida. Pero tantas aplicaciones habían hecho que se codificara excesivamente la vida moral de las personas y que aparecieran más de 600 normas y muchas prescripciones que hacían que esa ley se convirtiera en una losa pesada e imposible de cumplir.

3.- Jesús ha sido acosado a preguntas por representantes de distintos grupos religiosos, con la intención de ponerle en un aprieto. Pero este escriba actúa con sinceridad. Siente necesidad de “aligerar la carga” y hacer más feliz la vida de sus paisanos. ¿Cuál es el mandamiento primero, el más importante, el que hay que priorizar? De entrada, Jesús contesta con el “Shemá”: existe un solo Dios y hemos de amarle con todas nuestras fuerzas (corazón, alma, mente y ser). Pero la novedad de Jesús es que añade un segundo mandamiento, inseparable del primero: “amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Son dos amores que no se pueden separar, sino se produce una esquizofrenia espiritual. En el otro, en el prójimo, en cada persona se hace presente dios mismo, y es en el amor al prójimo donde se realiza y se demuestra nuestro amor a Dios. De lo contrario, el amor a Dios es solo de palabra y se convierte en una mentira, como dice claramente Juan en sus cartas.
4.- La reacción del escriba frente a la respuesta tan novedosa de Jesús es de aprobación y aceptación de sus palabras. Y Jesús elogia su sinceridad y su sensatez: “No estás lejos del Reino de Dios”. Por lo tanto, para estar cerca del Reino de Dios no hay que hacer grandes gestas extraordinarias, sino abrirse y recibir con alegría la fe y el amor de Dios en nuestra vida y compartirlo y reflejarlo en los hermanos que comparten el día a día con nosotros.
5.- En estos tiempos de crisis se hace urgente este mandamiento, esta invitación de Dios a la caridad con los hermanos, una caridad que nace de nuestra fe, de nuestro amor a Dios. Fe y Caridad también van unidas. Benedicto XVI en el documento de convocatoria del Año de la Fe dice que “la fe sin la caridad no da fruto y la caridad sin la fe sería un sentimiento constantemente a merced de la duda” (Porta Fidei, 14). Es hora de dar un salto en nuestra vida y en nuestra fe y de mostrarla abiertamente al mundo a través de nuestro amor y nuestras obras de caridad hacia los más necesitados. Cuando nos acercamos a ellos, vemos con más claridad el rostro de Dios, que se hizo pobre, uno de tantos, para acercarnos el rostro misericordioso de Dios Padre y Madre de todos.
6.- Estamos celebrando la Eucaristía, que es el acto de amor más grande, porque “no hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos”. Que la Eucaristía fortalezca nuestra fe y nos lleve a una entrega generosa y solidaria con los más empobrecidos. Así estaremos más cerca del Reino de Dios.
(**) Se refiere el padre Pedro Juan a monseñor Jesús Murgui Soriano, nuevo obispo de la Diócesis de Orihuela-Alicante, en España. Elche es la segunda ciudad de la provincia de Alicante.

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