20 octubre 2018

El Hijo del hombre ha venido para dar su vida en rescate por todos

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Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se le acercaron y dijeron: «Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir». Él les dijo: «¿Qué queréis que haga por vosotros?». Y ellos dijeron: «Que nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda en tu gloria». Jesús les dijo: «¡No sabéis lo que pedís! ¿Podéis beber el cáliz que yo beberé o ser bautizados con el bautismo con que yo seré bautizado?». Ellos contestaron: «¡Podemos!». Jesús les dijo: «Beberéis el cáliz que yo beberé y seréis bautizados con el bautismo con el que yo seré bautiza- do, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo; es para quienes ha sido reservado».
Escribe el nombre de una persona que tú creas que vive para servir a los demás, y no para ser servirdo. Escribe una situación de su vida donde se vea esta actitud de servicio.
Los otros diez, al oír esto, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús los llamó y les dijo: «Sabéis que los jefes de las naciones las tiranizan y que los grandes las oprimen con su poderío. Entre vosotros no debe ser así, sino que si alguno de vosotros quiere ser grande que sea vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero que sea el servidor de todos; de la misma manera que el hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por todos».
Marcos 10, 35-45

Comentario al evangelio
Jesús nos vuelve a decir las cosas muy claras. Cuando Él nos dice que el Hijo del hombre viene a servir y no a ser servido, nos está invitando a que nosotros hagamos lo que él hace.
Jesús quiere que nosotros seamos capaces de servir a los demás y no querer ser servidos. Eso no quiere decir que seamos los criados de otros, o que los demás puedan hacer de nosotros lo que quieran. Servir a los demás es estar atentos a lo que otras personas puedan necesitar y hacer todo lo posible por ayudarles, por escucharles, por estar con esas personas y que sientan que pueden contar con nosotros.
Los cristianos estamos para servir, y no para ser servidos.

Para hacer vida el Evangelio
• Escribe el nombre de una persona que tú creas que vive para servir a los demás, y no para ser servido. Escribe una situación de su vida donde se vea esta actitud de servicio.
• ¿Por qué crees que esa persona es una servidora de los demás? ¿Eres una persona que está al servicio de los demás? ¿Cómo quiere Jesús que seamos servidores de las personas que más lo necesitan?
• Escribe un compromiso sencillo que te permita estar al servicio de las personas que más lo necesitan.

Oración
Señor Jesús,
una vez más, Tú eres claro y directo.
Gracias por tu sinceridad.
Lo que hoy les dices a los Apóstoles
nos lo estás diciendo a nosotros:
Servir y no mandar,
o si toca mandar hacer del mando
un acto de servicio, y desde el amor,
es lo que nos estás ofreciendo como manera de vivir
y de estar en el mundo.
Y esta manera de actuar
no es una elucubración tuya
es lo que vives,
esa es tu manera de ser
y eso que estás por encima de todos
y de todo:
¡Qué ejemplo tan maravilloso!
Esa es tu vida que te sale de dentro
y nos la ofreces a los que queremos
ser tus seguidores:
“Porque el Hijo del Hombre
no ha venido para que le sirvan,
sino para servir y dar su vida
en rescate por todos.”

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