20 junio 2018

Domingo 24 junio: Misa familiar 1

(Misa con niños, catequistas y padres) 
Prepara: Javier Leoz


NACIMIENTO DE SAN JUAN BAUTISTA

1. MONICIÓN DE ENTRADA

En este domingo, al venir a esta celebración, nos encontramos con el nacimiento de San Juan Bautista. Nadie, como dice el evangelio, “entre los nacidos de mujer, es tan grande como él...”

Juan Bautista representa el anuncio de la llegada del Señor; su nacimiento debe de ser para nosotros una llamada a ser también señales que indiquen a los demás los caminos para encontrarse con Jesús.

Hemos comenzado el verano. Que nada ni nadie nos desvíe de tantas cosas buenas que, durante el curso, hemos compartido al lado de la catequesis, de la eucaristía, de la parroquia, del colegio o de los grupos de reflexión.


Que San Juan, hoy también, nos ayude a preguntarnos: “qué será del alma de niño que todos llevamos dentro?”.

Nos ponemos de pie y recibimos al celebrante.

2. PENITENCIAL

a) ¿Hay conversión en nuestro corazón? ¿No nos sentimos demasiado seguros de nosotros mismos? Señor ten piedad

b) ¿Hacemos algo por el Señor allá por donde vamos? ¿No lo silenciamos con nuestra apatía, cobardía o pereza para manifestar nuestra fe? Cristo ten piedad

c) ¿Sentimos cerca la mano del Señor como Juan Bautista, desde su mismo nacimiento, la noto? Señor ten piedad.

3. MONICIÓN A LAS LECTURAS

Hoy las lecturas que vamos a escuchar nos traen un mensaje: ser profeta es tener y sentir previamente un encuentro con el Señor. Y, el encuentro con el Señor, nos empuja a dar testimonio de El y, sobre todo, a proclamar que Jesús es el Señor. Escuchemos atentamente.

4. ORACIÓN DE LOS FIELES

a) Por la Iglesia. Para que, como Juan Bautista, ponga todas sus energías en indicar a los hombres el camino que lleva a Jesús y el camino por donde viene Jesús. Roguemos al Señor.

b) Por todos los recién nacidos; para que cuenten con unos padres que alimenten en ellos la vida cristiana. Tengamos un recuerdo especial por todos los que están siendo bautizados. Roguemos al Señor.

c) Pidamos también por aquellos que, antes de nacer, son injustamente apartados de la vida. Nos acordamos de tantos miles y miles de niños que, por el crimen del aborto, no pueden ver la luz. Roguemos al Señor.

d) Por nuestra parroquia; por nuestros grupos; por todos los que nos ayudan a vivir el evangelio. Roguemos al Señor.

5. OFRENDAS

a) Con esta “señal de tráfico” queremos representar la figura de Juan Bautista. Su misión será indicarnos la llegada del Señor. Que nadie nos confunda. Que ningún otro “dios” nos aleje del verdadero Dios.

b) Con esta “lupa” queremos representar la vida de Juan Bautista. Nadie como Él supo buscar los signos de la presencia del Señor; nadie como El supo preguntar por el que tenía que llegar. Que tengamos santa curiosidad por comprender, ver y vivir las cosas de Dios.

c) Finalmente, con el pan y el vino, traemos hasta el altar los deseos de alimentarnos con la fuerza de Dios. Una fuerza que, de verdad, se encuentra escondida pero fuertemente presente en la Eucaristía.

6.- ORACIÓN FINAL

“¿QUÉ VA A SER DE ESTE NIÑO?”

Solemnidad del Nacimiento de Juan Bautista

¿QUÉ  SERÁ?

De ese niño que, cuando era  pequeño, miraba a Dios

y siendo adulto se aleja de  El

De ese niño que, siendo  pequeño se estremece con las estrellas

y, siendo mayor, vive de  espaldas a ella

De ese niño que, cuando era  pequeño se asombraba ante el Misterio

y, al crecer, es duro como  la roca.

¿QUÉ  SERA, DE ESE NIÑO, QUE TODOS LLEVAMOS DENTRO?

De ese niño que, cuando era  pequeño, hablaba con Dios

y, al hacerse adulto, rompe  toda comunicación con El

De ese niño que, cuando era  pequeño, tenía como confidente al Señor

y, al medir metro y medio,  lo deja a un lado

De ese niño que, cuando era  pequeño, agradecía la mano de Dios

y, al subir los primeros  peldaños de su existencia, cae en el olvido

¿QUÉ  SERÁ, DE ESE NIÑO, QUE LLEVAMOS DENTRO?

De ese niño que, cuando era  pequeño, su cuna era mecida por Dios

y, al mirar hacia el futuro,  prefiere otros movimientos del mundo

De ese niño que, cuando era  pequeño, se retiraba al silencio de una Iglesia

y, al hacerse mayor,  prefiere los ruidos de las calles y de las plazas

De ese niño que, cuando era  pequeño, comía a Dios con ilusión

y, al alcanzar la serenidad de  la vida, vive sin el pan de la Eucaristía

¿QUÉ  SERÁ, DE ESE NIÑO, QUE TODOS LLEVAMOS DENTRO?

Como Juan Bautista;  ¿Naceremos para una vida despuntando hacia Dios?

Como Juan Bautista;  ¿Recorremos desiertos para llenarnos del Señor?

Como Juan Bautista; ¿Nos  sentiremos pequeños ante el que está por venir?

Como Juan Bautista;  ¿Sentiremos la mano poderosa de Dios?

Como Juan Bautista; ¿Seremos  grandes por ser, precisamente, pequeños?

Como Juan Bautista; ¿Seremos  señales u obstáculos para la llegada del Señor?

¿QUÉ SERÁ, AMIGOS, DE ESE  NIÑO DE DIOS,  QUE TODOS LLEVAMOS DENTRO?

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