08 octubre 2017

Una historia original

La historia del pueblo de Israel o pueblo Judío es sin duda la historia más original, mas peculiar, más sorprendente. Hay un libro que habla sobre el pueblo judío y el gitano. Dos pueblos que no han tenido o no tienen territorio, espacio propios. Los gitanos siguen sin poseer una tierra y a los judíos fue en el año 1948 cuando se les dio la oportunidad de ocupar la tierra que hoy es su territorio. Sin embargo entre los judíos y los cristianos existe una gran diferencialos gitanos son vagabundos y los judíos peregrinos. El vagabundo no tiene meta, no tiene un objetivo final. En cambio peregrino es el que, aunque abunden las vueltas y revueltas, sabe cuál es el punto de llegada. Lo tiene muy claro. Aunque sólo suman 14 millones, Palestina e Israel forman un foco: el más explosivo y el más desequilibrante del mundo.

En los textos bíblicos de hoy se nos ofrece la historia de éste pueblo. Para ello Jesús se sirve de una metáfora. La compara a la historia de una viña a la cuál la trata con mimo. También a Israel le trató con mimo. Es una historia de amor y desamor, pero sobre todo de desamor. La Iglesia está llamada a ser el Nuevo Pueblo que dé frutos sabrosos. ¡Pero ojo¡ Dios puede tomar otra decisión. No podemos, por tanto, echarnos a dormir. Cuando observamos el comportamiento de la Iglesia actual, de nosotros, los cristianos, detectamos que nos parecemos mucho al pueblo Judío de aquél tiempo. Ellos se ”anexionaban casas a las casas, campos a los campos”, también en la actualidad ciertas firmas o marcas, ciertos grupos financieros acumulan, monopolizan la riqueza. La historia del pueblo Judío, la de la Iglesia como la nuestra es una historia inspirada en la viña. Una historia de encuentros y desencuentros, de pasiones, de éxitos y fracasos, una historia zigzagueante , a veces convulsiva y turbulenta, otras veces mansa. En esta historia tienen mucho que decir los profetas, llamados a recordar el proyecto de Dios (del viñador o dueño de la viña).
Se suele comentar con frecuencia que “el pueblo nunca se equivoca”. Creo que sí y por desgracia no excepcionalmente. Con Jesús se equivocaron los Judíos y nosotros nos estamos equivocando. Tenemos un ejemplo que nos afecta plenamente: La situación en Cataluña, donde no está triunfando la verdad, ni lo noble, ni lo justo:“Ni lo que es virtud y mérito”. Por eso una pregunta pertinente es, ¿qué frutos estamos produciendo?. No sé si hemos acertado, acogido el aviso del Profeta Isaías, “Se os quitará a vosotros el Reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos”. Ese nuevo pueblo que sustituirá al pueblo Judío es la Iglesia. Somos nosotros parte de esta viña de la que el viñador (Dios) espera uvas y no agrazones, espera derecho y no asesinatos, justicia y no lamentos.
Monseñor Oscar Romero, gran cristiano y gran arzobispo, comenzaba así el comentario a ésta parábola: “Quisiera más bien guardar un silencio de reflexión ante estas lecturas que describen con un lenguaje de ternura la triste historia del amor que Dios nos tiene y el desprecio con que nosotros le correspondemos”.
Que todos nosotros protagonicemos una historia fructífera, sin turbulencias, amable.
Josetxu Canibe

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