● Podemos comparar esta parábola con la del hijo pródigo. Ambas tienen muchas semejanzas.
● Uno de los puntos culminantes de las dos parábolas está en la recriminación que en una hace al hijo mayor y en la otra a los que se pusieron a trabajar a primera hora que protestan por la manera de actuar el dueño de la viña.
● Tanto el hijo mayor como los jornaleros de primera hora ambos piensan que son víctimas de una injusticia.
● Estos reproches reflejan la manera de pensar de los fariseos cuando Jesús acoge a los pecadores.
● Es la manera de pesar, a lo mejor, de los que entonces y ahora se creen o nos creemos buenos.
● Desconcierta la forma de proceder el dueño de la viña.
● En primer lugar llama la atención su insistencia en ir a la plaza en busca de los que no tenían trabajo, va incluso cuando la jornada se está terminando.
● También nos interpela su modo de proceder al final de la jornada pagando primero a los últimos.
● Aquí se cumple aquello de “los primeros serán los últimos y los últimos los primeros”.
● Y por último la paga que da a los jornaleros. A todos les paga con el mismo salario.
● Esta parábola nos sitúa en nuestras relaciones con Dios no en un plano comercial. Dios es don, gracia.
● Este es quizás el punto central de la parábola que nos muestra la bondad de Dios. Dios además de justo es tremendamente generoso.
● Como dice Isaías en boca de Dios “mis caminos no son vuestros caminos”. Dios nos desconcierta.
● La respuesta del dueño de la viña, de Dios, expresa lo que piensa Jesús sobre la imagen que Él tiene de Dios: Dios es amor, bondad, misericordia, compasión.
● Toda una muy buena noticia para el mundo que nunca nos debemos cansar de anunciar. Ciertamente Dios es compasivo y misericordioso como nunca podríamos imaginar.
● En esta parábola Jesús no pretende darnos una lección de justicia social. Sino que nos muestra la manera de ser de Dios, muy diferente a como nosotros la concebimos.
● Jesús en esta parábola se autodefiende de los que le criticaban por el comportamiento que tenía con los pecadores. Y por tanto la parábola es una crítica contra los que se escandalizaban de que el amor sea totalmente gratuito, de que la salvación se ofrezca a los alejados, a los pecadores.
● Dios llama a todos a trabajar en su viña: a mayores y jóvenes, a débiles y a fuertes, a hombre y mujeres, a religiosos y a laicos.
● Sólo el hecho de ser llamados por Dios a trabajar en su viña, en su Proyecto es todo un honor, es la mejor de las pagas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario