● El tema de las enseñanzas de Jesús de hoy versa sobre la renuncia.
● Jesús nos indica lo que hay que hacer para seguirle en el camino de la vida.
● Aunque se dice que iba mucha gente acompañando a Jesús estas enseñanzas se dirigen a los discípulos.
● Jesús nos ofrece hoy un mensaje claro y contundente. No podemos pactar con la mediocridad. Jesús nos invita a ser sus discípulos y ello comporta situar a Jesús en el centro de nuestras vidas. El que pone a Jesús como eje de su vida también es capaz de desvivirse por los demás.
● La invitación a seguirle, a participar del banquete del Reino es universal. Pero no es suficiente la invitación a seguirle hay que acompañar a Jesús en su camino, aceptar y asumir las consecuencias que ello supone.
● Sus palabras muestran la radicalidad y seriedad que supone seguir a Jesús, edificar su Reino.
● Jesús habla de preferirle a Él, de anteponerle y de ahí como consecuencia poner en segundo lugar a otros. Se mantiene el mandamiento de amar a los padres, etc. No se trata de eliminar el cuarto mandamiento, etc.
● El que es capaz de posponer la familia, sus bienes personales, su misma vida, etc… a Jesús, ese se puede considerar discípulo de Jesús.
● Este pensamiento lo encontramos también en Mateo cuando habla de la misión de los Apóstoles.
● El discípulo de Jesús está llamado a estar dispuesto a entregar su propia vida por Jesús y por el Reino.
● “Llevar su cruz” ha sido asumida esta expresión por el lenguaje coloquial para expresar las dificultades de la vida, pero aquí hace referencia a las renuncias que hay que hacer por seguir a Jesús.
● Jesús nos dice tres cosas: Nos habla de la renuncia a los aspectos más fundamentales de las personas: el amor a la propia familia y la conservación de la propia vida; la aceptación sincera de la máxima radicalidad: llevar la cruz hasta si fuera preciso entregar la propia vida; y la renuncia total y absoluta de los todos los bienes materiales.
● Con las imágenes que Jesús presenta, del que quiere construir la torre y del que quiere enfrentarse a un enemigo, viene a decirnos que el seguimiento, seguirle es una empresa seria y la hemos de tomar con responsabilidad. Hay que sopesar nuestras posibilidades. El seguimiento a Jesús compromete toda nuestra vida, afecta a toda nuestra existencia.
● Por otra parte hay que contar también con la ayuda de Dios que estará siempre ahí y con la de los miembros de la comunidad, no estamos solos siguiendo a Jesús. Esto no lo podemos perder de vista, seguimos a Jesús en comunidad, no vamos solos. Y el camino a recorrer ha sido transcurrido por muchas personas.
● La propuesta de Jesús nos invita a saber discernir lo que tenemos, como capacidad de afrontar el compromiso de seguirle.
● El desprendimiento es el que mejor define el estilo de vida del verdadero seguidor de Jesús.
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