Hoy es 27 de abril, miércoles de la V semana de Pascua.
Al comenzar el día, ábrete al diálogo con esa presencia amorosa, que en silencio acompaña tu vida desde dentro. Exponte a ella, hazte presente, respirando hondo y serenándote. Deja que la palabra del evangelio, ponga luz en las experiencias que vivirás hoy y en los rostros que encontrarás.
La lectura de hoy es del evangelio de Juan (Jn 15, 1-8):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, corno el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.»