28 DE DICIEMBRE DE 2014
Liturgia de las Horas – Primera Semana del Salterio-Navidad.
R I T O S I N I C I A L E S
CANTO DE ENTRADA.
El niño Dios ha nacido en Belén, Aleluya, Aleluya, quiere nacer en nosotros también. Aleluya, Aleluya.
Aleluya, Aleluya, Aleluya, Aleluya, Aleluya, Aleluya. Aleluya (Bis)
Solo los pobres y humildes le ven, Aleluya, Aleluya, solo el amor nos conduce hasta Él. Aleluya, Aleluya.
SALUDO Y MONICIÓN.
ACTO PENITENCIAL.
GLORIA.
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
ORACIÓN COLECTA.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA.
Lectura del libro del Eclesiástico 3, 2-6. 12-14.
Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre su prole.
El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y, cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida, al que honra a su madre el Señor lo escucha.
Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque flaquee su mente, ten indulgencia, no lo abochornes mientras vivas.
La limosna del padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados.
PALABRA DE DIOS
SALMO RESPONSORIAL. Salmo 127.
Antífona: Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos.
Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien.
Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa.
Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida.
SEGUNDA LECTURA.
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a Colosenses 3, 12-21.
Hermanos:
Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión.
Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro.
El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo.
Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada.
Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo.
Y sed agradecidos. La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; corregíos mutuamente.
Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados.
Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.
Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso le gusta al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan los ánimos.
PALABRA DE DIOS
ALELUYA.
Antífona: Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; la palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza.
EVANGELIO. (Abreviado)
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 2, 22-40.
Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: “Todo primogénito varón será consagrado al Señor”, y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: “un par de tórtolas o dos pichones.”
Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.
Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: “Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.”
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño.
Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.
El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.
PALABRA DEL SEÑOR
HOMILÍA.
CREDO.
ORACIÓN DE LOS FIELES.
LITURGIA EUCARÍSTICA
OFERTORIO.
Canto:
Yo soy un pastorcillo, camino de Belén le llevo pan al Niño, le llevo leche y miel.
Con el pan, con el pan yo le pido la paz, con la leche y la miel yo le pido la fe, con el pan, con el pan yo le pido la paz, con la leche y la miel yo le pido la fe.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.
PREFACIO Y SANTO.
PLEGARIA EUCARÍSTICA.
RITO DE LA COMUNIÓN
PADRE NUESTRO.
RITO DE LA PAZ.
CORDERO DE DIOS.
COMUNIÓN.
Canto:
Cantemos todos la Navidad , Dios ha nacido, aleluya. Su luz venció la oscuridad, Dios se hace hombre, aleluya.
Junto a nosotros quiere habitar, un Dios eterno: Es Navidad. En nuestra mesa, con nuestro pan, Dios se hace hombre. Aleluya.
Sobre la noche se ve brillar, una esperanza: Es Navidad. La luz del Padre quiere anunciar: “Paz a los hombres.” Aleluya.
Junto a nosotros, el Hijo está. Nada tememos: Es Navidad. Con un mensaje de Libertad, viene a los hombres. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.
-Oración por la familia-
Jesús, María y José,
en vosotros contemplamos
el esplendor del amor verdadero,
a vosotros nos dirigimos con confianza.
Sagrada Familia de Nazaret,
haz que también nuestras familias
sean lugares de comunión y cenáculos de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas Iglesias domésticas.
Sagrada Familia de Nazaret,
que nunca más en las familias se vivan experiencias
de violencia, cerrazón y división:
que todo el que haya sido herido o escandalizado
conozca pronto el consuelo y la sanación.
Sagrada Familia de Nazaret,
que el próximo Sínodo de los Obispos
pueda despertar en todos la conciencia
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José,
escuchad y atended nuestra súplica. Amén.
ORACIÓN.
RITO DE CONCLUSIÓN.
BENDICIÓN Y DESPEDIDA.
ADORACIÓN DEL NIÑO JESÚS.
Canto.
En el portal hay un niño pequeño, con María, su madre, con su padre, José. Gran revuelo han formado en el cielo y en la tierra no saben lo que pasa en Belén.
En Belén, Dios nació y en el cielo lo saben muy bien. En la tierra sólo hay dos testigos María y José.
Aquella noche lloraba la tierra y en el cielo una estrella comenzó a sonreír, cuando Dios, como un hombre cualquiera, estrenaba el misterio de nacer y morir.
El corazón de quien hizo los cielos, quiso darle a la tierra, una prueba de amor: eligió un corazón como el nuestro y en el pecho de un niño a latir comenzó.
La humanidad esperaba al Mesías, rodeado de gloria, de esplendor y poder: Dios amó la humildad de María y eligió la pobreza que abundaba en José.
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