SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA MADRE DE DIOS
1 de enero de 2026
Inicial: Bienvenidos a esta celebración en el primer día del año. En medio de este tiempo de Navidad, contemplamos a la Virgen María, Madre de Dios, que intercede ante el Padre y ante su Hijo por nosotros pecadores, y que, unida al clamor de la humanidad, suplica el don de la paz. Como ella, dispongamos el corazón para acoger las bendiciones que Dios quiere regalarnos hoy y en cada día de este nuevo año. Participemos con alegría y devoción.
Lecturas: El Señor fortalece nuestra fe con su palabra que hoy se centra en María y nos muestra su grandeza a través de la historia. Escuchemos con atención.
Ofrendas: Al presentar las ofrendas del pan y vino, le pedimos a nuestra Madre del cielo que interceda ante su Hijo, para que nos ayude a renovar nuestros corazones y a crecer en el amor a Dios y en el servicio a nuestro prójimo.
Comunión: Que la sagrada comunión que vamos a recibir nos ayude a ser verdaderos discípulos de Jesús y a proclamar con gozo que María es también nuestra Madre.
ORACION UNIVERSAL
Queridos hermanos: con el alma llena de alegría por la maternidad divina de la Virgen María, dirigimos al Padre, que la ha asociado al misterio de la Redención, nuestra oración filial y confiada, diciendo: Escúchanos, Padre, por intercesión de María.
- Por la Iglesia, que peregrina por este mundo en el transcurso de los siglos hasta el gran día de Jesucristo, para que realice fielmente su misión. Roguemos al Señor
- Por todas las naciones, para que, superando la guerra y toda clase de violencia, pongan sus riquezas en común al servicio de la gran familia humana. Roguemos al Señor.
- Por los que trabajan por la paz, la reconciliación de todos y el reconocimiento de los derechos humanos, para que sus esfuerzos no sean en vano. Roguemos al Señor.
- Por nuestra comunidad parroquial, para que dóciles a las inspiraciones del Señor, recibamos y compartamos con nuestros hermanos las bendiciones que la bondad del Padre nos concede. Roguemos al Señor.
- Por nosotros, aquí reunidos, para que, como María seamos dóciles a tu Palabra y permitamos que tu obra se cumpla en nosotros, viviendo siempre en tu paz. Roguemos al Señor
Dios todopoderoso y eterno, que santificas el tiempo con tus intervenciones salvadoras, concédenos la paz, que el mundo no puede dar, para que te sirvamos todos los días de nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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