¿Quién conocerá el designio de Dios?” (Sab 9,13)
Querer conocer, querer saber ha sido siempre aspiración del ser humano. Ahora bien, cuando tal conocimiento se refiere a lo que supera el ámbito natural nos encontramos en una situación imposible a partir de nuestro conocimiento humano. Sin embargo, nuestra mente ansía conocer, pues entendemos que de tal conocimiento depende el camino a seguir a lo largo de los años de nuestra vida para alcanzar la meta a la que todos estamos llamados.
La Palabra de Dios viene en ayuda nuestra pues desde el libro del Génesis hasta el Apocalipsis Dios-Trinidad ha ido desvelando los enigmas y misterios para que el ser humano tuviera acceso al plan salvífico de Dios, que alcanza su plenitud con la predicación de Jesucristo, verdadero revelador del Padre del cielo.