Lectura de Postcomunión MONICIÓN Hemos encontrado estas frases en una de las primeras ediciones de Betania, ya hace más de diez años. No sabemos quien es su autor, pero nos han parecido muy interesantes para estos momentos tan especiales del final de la Eucaristía PETICIONES A MARÍA Dame tus ojos, Madre, para saber mirar; si miro con tus ojos jamás podré pecar.
Dame tus labios, Madre para poder rezar, si rezo con tus labios Jesús me escuchará.
Dame tu lengua, Madre, para ir a comulgar, es tu lengua, patena de gracia y santidad.
Dame tus labios, Madre, que quiero trabajar, entonces mi trabajo valdrá una eternidad.
Dame tu manto, Madre, que cubra mi maldad, cubriendo con tu manto al cielo he de llegar.
Dame tu cielo, Oh Madre, para poder gozar, ¿si tú me das Cielo, que más puedo anhelar?
Dame Jesús, Oh Madre, para poder amar, esta será mi dicha por una eternidad. Exhortación de despedida Duras las palabras que Jesús de Nazaret nos ha dicho hoy, ¿verdad? Seguirle es renunciar a muchas cosas, a casi todas las que el mundo nos propone. Pero, sin embargo, Él nos ha ofrecido una felicidad duradera aquí en la tierra. Su mensaje de felicidad está en las Bienaventuranzas ¿No es cierto que, en cuanto salgamos del templo, volveremos a inquietarnos con nuestros dineros, con los plazos de la hipoteca, con lo mal que nos cae el vecino de enfrente? Dejemos todo eso y en silencio, y con alegría iniciemos –ahora mismo—el mejor camino: el del seguimiento radical de Jesús. |
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