Monición de entrada
Queridos hermanos: llegamos ya al Trigésimo Tercer Domingo del Tiempo Ordinario, ya casi cerrando el año litúrgico, por eso las lecturas nos orientan hacia la escatología, el futuro de la historia, que las primeras generaciones cristianas consideraban muy cercano.
Poniendo nuestra mirada en el fin de los tiempos y con nuestra esperanza puesta en la misericordia de Dios, comencemos la celebración de esta Misa, de pie y cantando juntos.
Moniciones a las lecturas
Monición única para todas las lecturas
Las lecturas de hoy nos hablan del fin de los tiempo, nos orientan hacia la escatología. El pasaje del libro de Daniel expresa la esperanza de que el mal no tiene la última palabra y quienes están inscritos en el libro de Dios alcanzarán la vida. Ésta es la misma certeza que ofrece el evangelio de Marcos, pero claramente centrada en el misterio pascual de Cristo. Porque, como dice la carta a los Hebreos, él ya ha vencido, está sentado a la derecha de Dios y espera el tiempo en que su victoria se vuelva evidente y definitiva para el mundo.
Moniciones para cada lectura
Monición a la primera lectura (Dn 12, 1-3)
La primera lectura, del Libro de Daniel, es uno de los textos del AT donde más explícitamente se expresa la fe en la resurrección de los muertos, siempre que éstos hayan mantenido su fidelidad a Dios.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la profecía de Daniel 12, 1-3
Por aquel tiempo se levantará Miguel, el arcángel que se ocupa de tu pueblo: serán tiempos difíciles, como no los ha habido desde que hubo naciones hasta ahora.
Entonces se salvará tu pueblo: todos los inscritos en el libro.
Los sabios brillarán como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a muchos la justicia, como las estrellas, para toda la eternidad.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Sal 15)
Con el salmo 15 manifestamos nuestro optimismo y confianza en Dios. Lo haremos diciendo:
Salmo responsorial: Salmo 15, 5 y 8. 9-10.11
R. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti
Monición a la segunda lectura (Hb 10, 11-14. 18)
En la última página que leemos de la carta a los Hebreos concluye su autor la reflexión que ha ido desarrollando sobre el sacerdocio y el sacrificio de Cristo.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta a los Hebreos 10, 11-14. 18
Cualquier otro sacerdote ejerce su ministerio, diariamente, ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, porque de ningún modo pueden borrar los pecados.
Pero Cristo ofreció por los pecados, para siempre jamás, un solo sacrificio; está sentado a la derecha de Dios y espera el tiempo que falta hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies.
Con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los que van siendo consagrados.
Donde hay perdón, no hay ofrenda por los pecados.
Palabra de Dios.
Monición al Evangelio (Mc 13, 24-32)
Hoy leemos un breve pasaje del «discurso escatológico», el más largo que Marcos pone en boca de Jesús, donde habla de los efectos cósmicos que se notarán al final de los tiempos.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Marcos 13, 24-32
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«En aquellos días, después de esa gran angustia, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán.
Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, de horizonte a horizonte.
Aprended de esta parábola de la higuera: Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca; pues cuando veáis vosotros suceder esto, sabed que él está cerca, a la puerta. Os aseguro que no pasará esta generación antes que todo se cumpla. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán, aunque el día y la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, sólo el Padre».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
A Dios Padre, que nos llama a cada uno de nosotros a realizar con esfuerzo y compromiso nuestra misión, dirijamos nuestra oración diciendo: «Que venga a nosotros tu Reino, Señor».
- Por el Papa, los obispos y los sacerdotes, para que Dios les conceda la sabiduría necesaria y la fortaleza para dirigir al pueblo santo de Dios, que les ha sido encomendado. Oremos.
- Por nuestros gobernantes, para que trabajen incansablemente por la paz y favorezcan las iniciativas que contribuyen a la construcción de una sociedad más justa y solidaria. Oremos.
- Por los que sufren enfermedades físicas y espirituales, para que nuestras oraciones por ellos suban al cielo y puedan encontrar la salud que necesitan. Oremos.
- Por todos los que este día nos hemos reunido en este lugar, para que pongamos nuestra mirada en Cristo y busquemos cada día dar signos de una verdadera conversión. Oremos.
Presentación de las Ofrendas
Con las ofrendas de pan y vino llevamos también al altar de Dios la vida entera, como un sacrificio unido al de Cristo.
Comunión
En nuestra marcha por el mundo, hacia la Patria Celestial, Jesús es nuestra fortaleza y nos acompañará hasta el fin de los tiempos. Hoy se nos entrega en su Cuerpo y su Sangre para animarnos en nuestro peregrinar. Vayamos con devoción a comulgar.
Final
Después de haber celebrado juntos esta Santa Misa, volvemos renovados y fortalecidos a nuestros hogares, con la misión de ir construyendo el Reino de Dios cada día, con nuestras palabras, intenciones y nuestras actitudes. Dios siempre estará con nosotros en esa lucha cotidiana.
Les esperamos acá el próximo domingo, para celebrar la Solemnidad de Cristo Rey del Universo.
Fuentes: Aldazábal, José, Enséñame tus caminos 8 – Los Domingos Ciclo B, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 2004; La Casa de la Biblia, Tú tienes palabras de vida – Lectura Creyente de los Evangelios Dominicales Ciclo B, Editorial Verbo Divino, 2010; Bartolomé, Juan J., El Corazón de la Palabra Ciclo B, Editorial CCS; Gutiérrez, Guillermo, Hablaré de Ti a mis hermanos Ciclo B, La Palabra de Dios de los domingos y fiestas, Palabra Viva (2008)
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