03 octubre 2024

MONICIONES DOMINGO 6 DE OCTUBRE 2024 – XXVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO B

 

MONICIÓN DE ENTRADA

¡Hermano y amigos, sean todos ustedes bienvenidos a esta celebración. Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo derramen sobre ustedes su gracia y su paz.

En este Domingo Veintisiete del Tiempo Ordinario, la Liturgia de la Palabra   nos lleva al fundamento real del matrimonio: el amor. El amor conyugal es un tesoro: es fuente de vida. El matrimonio es un sacramento profundo, fusionante e irrompible. Ése es el plan de Dios. Por eso, cuestionado sobre el divorcio, Jesús ratifica el plan de Dios y toma posición clara y decisiva: el matrimonio es indisoluble, y el divorcio es un mal.

Seguros de la presencia de Jesús Resucitado, aquí y ahora, en medio de nosotros, pongámonos de pie para iniciar nuestra acción de gracias.

MONICIÓN PRIMERA LECTURA (GÉNESIS 2,18-24)

La primera Lectura presenta – por medio de parábolas e imágenes – la creación del hombre simultánea a la creación del matrimonio. Ambos tienen la misma fuente: el Dios de la Vida. Ambos tienen la misma meta: comunicar vida. Escuchemos…

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Génesis 2, 18-24

El Señor Dios se dijo: 

«No está bien que el hombre esté solo; voy a hacerle alguien como él que le ayude.» 

Entonces el Señor Dios modeló de arcilla todas las bestias del campo y todos los pájaros del cielo, y se los presentó al hombre, para ver qué nombre les ponía. Y cada ser vivo llevaría el nombre que el hombre le pusiera. 

Así el hombre puso nombre a todos los animales domésticos, a los pájaros del cielo y a las bestias del campo; pero no encontraba ninguno como él que le ayudase. 

Entonces el Señor Dios dejó caer sobre el hombre un profundo sueño, y el hombre se durmió. Le sacó una costilla y le cerró el sitio con carne. 

Y el Señor Dios trabajó la costilla que le había sacado al hombre haciendo una mujer, y se la presentó al hombre. 

Y el hombre dijo: 

«¡Esta si que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! 

Su nombre será Mujer, porque ha salido del hombre». 

Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. 

Palabra de Dios. 

 SALMO RESPONSORIAL  (127)

Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida.

¡Dichoso el que teme al Señor,

y sigue sus caminos!
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien.

Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida.

Tu mujer, como árbol fecundo, 

en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa.

Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida.

Esta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. 

Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida.

Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas a los hijos de tus hijos.
¡Paz a Israel! 

Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida.

MONICION SEGUNDA LECTURA  (HEBREOS 2,8-11)

Este texto de Hebreos subraya una de las consecuencias más importantes de la encarnación y redención: Jesús se convierte en nuestro hermano. Por Él, con Él y en Él nosotros nos convertimos en hijos de Dios. Escuchemos…

LECTURA DE LA CARTA A LOS HEBREOS

Hermanos:

 Al que Dios había hecho un poco inferior a los ángeles, a Jesús, lo vemos ahora coronado de gloria y honor por su pasión y muerte. 

Así, por la gracia de Dios, ha padecido la muerte para bien de todos. 

Dios, para quien y por quien existe todo, 

juzgó conveniente, 

para llevar a una multitud de hijos a la gloria, perfeccionar y consagrar con sufrimientos 

al guía de su salvación. 

El santificador y los santificados tienen la misma condición humana. Por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos. 

Palabra de Dios.

MONICION EVANGELIO  (MARCOS 10,2-16)

Hoy, cuestionado sobre el divorcio, Jesús regresa al origen de la creación: el amor une al hombre y a la mujer y los ensambla en una sola vida. Ese nudo es sagrado: nadie lo puede romper. Abramos el oído, la mente y el corazón, y pongámonos de pie para la proclamación del Santo Evangelio.

 Evangelio Marcos 10, 2-16

+ PROCLAMACIÓN DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 

En aquel tiempo, se acercaron unos fariseos y le preguntaron a Jesús para ponerlo a prueba: 

– ¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?. 

El les replicó: 

-¿Qué les ha mandado Moisés?.

 Contestaron: 

– Moisés permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio. 

Jesús les dijo: 

– Por su terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. 

En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. 

El les dijo: 

– Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.

Le presentaron unos niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban.

 Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: 

– Dejen que los niños se acerquen a mí: no se lo impidan; de los que son como ellos es el Reino de Dios. Les aseguro que el que no acepte el Reino de Dios como un niño, no entrará en él.

Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos. 

Palabra del Señor.

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