MONICIÓN DE ENTRADA
Hermanos y amigos, sean todos bienvenidos a esta celebración. Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo derramen sobre ustedes su gracia y su paz.
Estamos en el Domingo Veintitrés del Tiempo Ordinario. La Liturgia de la Palabra de hoy nos recuerda que el anuncio del Reino de Dios debe estar siempre acompañado por el servicio a los más pobres y enfermos. Jesús es el hombre que todo lo hace bien, que hace el bien a todos: es Dios, en persona, en medio de nosotros. Ante las necesidades ajenas muchas veces somos como sordomudos: no logramos escuchar su grito de auxilio, no logramos hablar en nombre de Jesús, no logramos llevar un mensaje de amor y paz.
Seguros de la presencia de Jesús Resucitado aquí y ahora en medio de nosotros, pidámosle que nos sane de todas nuestras debilidades y pongámonos de pie para iniciar esta acción de gracias a Dios Padre.
MONICION PRIMERA LECTURA ( Isaías 35,4-7)
Isaías profetiza sobre las bondades que surgirán cuando venga “Dios, en persona”. Ese día desaparecerá todo lo que le hace daño al hombre, y todo se llenará de bien. Escuchemos…
Lectura del libro del profeta Isaías
Díganle a los cobardes de corazón: sean fuertes, no teman.
Miren a su Dios, que trae el desquite, viene en persona y los salvará.
Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un venado el cojo, la lengua del mudo cantará.
Porque han brotado aguas en el desierto, torrentes en la estepa, el páramo será un estanque, lo reseco un manantial.
Palabra de Dios
Salmo Responsorial: Sal 145
Alaba, alma mía, al Señor
El Señor liberta a los cautivos.
MONICION SEGUNDA LECTURA (Santiago 2,1-5)
Para Santiago, una forma de alta justicia y caridad, una forma de hacer el bien es ésta: evitar favoritismos. Si nos fijamos en las preferencias de Jesús, sabremos perfectamente cuáles son los verdaderos valores y nos comportaremos en armonía con ellos. Escuchemos…
Lectura de la carta del apóstol Santiago
Hermanos: no junten la fe en nuestro Señor Jesucristo glorioso con la discriminación de personas.
Por ejemplo: llegan dos hombres a la reunión litúrgica. Uno va bien vestido y hasta con anillos en los dedos; el otro es un pobre andrajoso.
Ven al bien vestido y le dicen:
– Por favor siéntate aquí, en el puesto reservado.
Al otro, en cambio:
– Quédate ahí de pie o siéntate en el suelo.
Si hacen eso, ¿no son inconsecuentes y juzgan con criterios malos?
Queridos hermanos, escuchen:
¿Acaso no ha elegido Dios a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del Reino, que prometió a los que le aman?
Palabra de Dios
MONICION EVANGELIO (Marcos 7,31-37)
Con un gesto sencillo y una sola palabra, Jesús cura al sordomudo. La multitud se asombra ante tanto bien y alaba a Dios. Abramos el oído, la mente y el corazón, y pongámonos de pie para acoger el Santo Evangelio.
Proclamación del santo Evangelio según San Marcos
En aquel tiempo, dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo, que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos.
El, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y mirando al cielo, suspiró y le dijo:
-Effetá (esto es, «ábrete).
Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad.
El les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos. Y en el colmo del asombro decían:-Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos.
Palabra del Señor
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