—BIENVENIDA:
Celebramos hoy el domingo décimo segundo durante el año, y en esta Eucaristía celebramos el inmenso amor de Dios, amor que lo hemos conocido en esto: Él nos ha amado primero, y nos ha enviado a su Hijo para mostrarnos el camino que lleva a la vida para siempre.
—LITURGIA DE LA PALABRA:
1ª. LECTURA: (Job 38, 1. 8-11)
Y en el Antiguo Testamento, Dios le manifiesta a Job que Él es el único que tiene toda potestad, el único que puede dirigir al mundo.
SALMO RESP.: (106, 23-26. 28-31)
R. ¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor!
2ª. LECTURA: (2 Co 5, 14-17)
San Pablo, que se encontraba en un momento difícil, recuerda el motivo que lo hace vivir dedicado al Evangelio: el amor de Jesucristo muerto y resucitado, que es más poderoso que cualquier contrariedad.
EVANGELIO: (Mc 4, 35-41)
Jesús, en el Santo Evangelio, nos manifiesta que, aunque nos parezca que Él está dormido, porque no sentimos su presencia, está velando con su poder sobre nosotros, sobre su Iglesia.
HOMILÍA
—ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Nuestra fe nos dice que el amor del Padre es mayor que todo el mal que pueda haber en nosotros. Por eso, confiando en este amor, le presentamos ahora nuestra plegaria.
GUÍA: A cada una de las peticiones responderemos orando:
"PADRE BUENO, ESCUCHA NUESTRA ORACIÓN"
—Por la Santa Iglesia y el Papa Francisco, para que en su palabra los hombres descubramos a Cristo, que es quien realmente la sostiene, la guía y nos da la absoluta confianza que las fuerzas del mal no prevalecerán contra ella, oremos...
—Por nuestros obispos y todos los ministros que cuidan de este pueblo tuyo, para que junto a ellos y sostenidos por tu gracia, podamos formar una familia diocesana verdaderamente evangelizada y evangelizadora, oremos...
—Por nuestra querida patria, para que tu Santo Espíritu ilumine la mente y el corazón de cada uno de los que la habitamos, para que así tu Hijo vuelva a ser el fundamento de nuestras familias y de toda nuestra sociedad, oremos...
—Por todos los padres, los que se encuentran acompañando nuestro camino en esta vida, para que reciban el mejor obsequio: el cariño de sus hijos; y los que ya no están con nosotros, se encuentren ya gozando de la verdadera vida, en tu presencia, oremos...
—Por nuestra comunidad, para que por mucha tormenta que haya a nuestro alrededor, tengamos la certeza de la presencia de tu Hijo, y que llevamos al mejor piloto, al Señor de los mares, que dormido y todo vela por nosotros, oremos...
CELEBRANTE:
Señor, Padre amoroso, que escuchas siempre la plegaria de los que esperan en ti; atiende nuestras súplicas y haz que seamos fieles a la Buena Nueva de tu Hijo. Te lo pedimos por Él, que es Dios y contigo vive y reina por los siglos de los siglos.
—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:
Ofrecemos el pan y el vino, que son signo de nuestro propio ofrecimiento al servicio de Dios, al de la Iglesia y al de todos los hombres, nuestros hermanos.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea
—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")
Jesús, aquél a quien el viento y el agua obedecen, el único en quien encontramos la salvación, se hace ahora presente entre nosotros, por eso, con alegría, demos gracias al Padre que nos lo ha dado como camino hacia la vida.
—COMUNIÓN:
Jesús es el único camino hacia la vida; Él es nuestro alimento, la fuerza que nos lleva hacia el Padre. Participemos ahora de su Cuerpo, que es la verdadera promesa de salvación.
Cantamos...
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
Nos despedimos cantando...
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