22 mayo 2024

TRES QUE ERAN UNO: DIOS

 

Javier Leoz

TRES QUE ERAN UNO: DIOS

Tres canales, distintos, pero con el mismo agua
Tres árboles, distintos, pero de la misma madera
Tres estrellas, distintas, pero con idéntico destello
Tres flores, distintas, pero con igual fragancia
Tres corazones, diferentes, pero con igual ritmo
Tres labios, distintos, pero con iguales palabras

¡Santísima Trinidad!
Tres mentes distintas, con un mismo pensamiento
Tres personas distintas, con igual naturaleza
Tres notas distintas, con un mismo sonido
Tres noches diferentes, con idéntica luna
Tres días distintos, con igual sol
Tres seres distintos, con una sola alma

¡Santísima Trinidad!
Sólo el amor, sólo el amor,
es capaz de ensamblar y de hacer posible
el misterio Trinitario.
Sólo, el amor, puede ser el bien
más pleno y más rico de la vivencia de la Trinidad.
¿Por qué –siendo tres personas distintas- un solo Dios?
¿Por qué –siendo nosotros tan distintos- nos sentimos como si fuésemos miles de
dioses en el mundo?

Entre otras cosas, porque nos falta lo que a Dios le sobra: el amor trinitario

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