09 mayo 2024

Moniciones y Lecturas 12 de mayo de 2024 – Solemnidad de la Ascensión del Señor Ciclo B (VII Domingo de Pascua Ciclo B)

 

Monición de entrada

Queridos hermanos, nos encontramos nuevamente reunidos, como una sola familia, para celebrar la Santa Eucaristía Dominical. Hoy celebramos la Solemnidad de la Ascensión de nuestro Señor Jesucristo a los cielos.

La ascensión de Jesucristo marca la entrada definitiva de la humanidad de Jesús en el dominio celeste de Dios de donde ha de volver, y eso nos da una gran motivación para celebrar con gozo esta santa misa; que comenzamos de pie, cantando…

Moniciones a las lecturas

Monición única para todas las lecturas

Las lecturas de hoy nos presentan dos versiones distintas de la Ascensión de Jesús. La primera se encuentra al inicio del libro de los Hechos de los Apóstoles, la segunda al final del evangelio de Marcos. Escuchemos con mucha atención.

Moniciones para cada lectura

Monición a la primera lectura (Hechos de los apóstoles 1, 1-11)

Del Libro de los Hechos de los Apóstoles escuchemos el primer relato de la Ascensión de Jesús, con la que rompe los límites a los que se sometió en la encarnación.

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 1, 1-11

En mi primer libro, querido Teófilo, escribí de todo lo que Jesús fue haciendo y enseñando hasta el día en que dio instrucciones a los apóstoles, que había escogido, movido por el Espíritu Santo, y ascendió al cielo. Se les presentó después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, y, apareciéndoseles durante cuarenta días, les habló del reino de Dios.

Una vez que comían juntos, les recomendó:

—«No os alejéis de Jerusalén; aguardad que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que yo os he hablado. Juan bautizó con agua, dentro de pocos días vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo».

Ellos lo rodearon preguntándole:

—«Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?».

Jesús contestó:

—«No os toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido con su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo».

Dicho esto, lo vieron levantarse, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Mientras miraban fijos al cielo, viéndole irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron:

—«Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como le habéis visto marcharse».

Palabra de Dios.

Monición al salmo responsorial (Salmo 46)

El salmo 46 es el más adecuado para la solemnidad de hoy. Invita a los pueblos a batir palmas porque «Dios asciende entre aclamaciones». Aclamemos nosotros también diciendo: 

Salmo responsorial: Salmo 46, 2-3. 6-7. 8-9

R. Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas.

Pueblos todos batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
porque el Señor es sublime y terrible,
emperador de toda la tierra. R.

Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas;
tocad para Dios, tocad,
tocad para nuestro Rey, tocad. R.

Porque Dios es el rey del mundo;
tocad con maestría.
Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su trono sagrado. R.

Monición a la segunda lectura (Efesios 1, 17-23)

El pasaje de la segunda lectura está ciertamente bien elegido para la solemnidad que celebramos: es el himno cristológico, el cántico de alabanza a Dios con el que da comienzo la carta de Pablo a los Efesios.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1, 17-23

Hermanos:

Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro corazón, para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para nosotros, los que creemos, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, potestad, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este mundo, sino en el futuro.

Y todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia como cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que lo acaba todo en todos.

Palabra de Dios.

O bien:

Segunda lectura (Efesios 4, 1-13)

Escucharemos ahora un pasaje en el que san Pablo, en su carta a los Efesios, nos presenta un programa denso de vida cristiana.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4, 1-13

Hermanos:

Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados.

Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.

Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo.

A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia según la medida del don de Cristo. Por eso dice la Escritura: «Subió a lo alto llevando cautivos y dio dones a los hombres». El «subió» supone que había bajado a lo profundo de la tierra; y el que bajó es el mismo que subió por encima de todos los cielos para llenar el universo.

Y él ha constituido a unos, apóstoles, a otros, profetas, a otros, evangelizadores, a otros, pastores y maestros, para el perfeccionamiento de los santos, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud.

Palabra de Dios.

Monición al Evangelio (Marcos 16, 15-20)

Al final de su evangelio, hoy Marcos nos cuenta el último encuentro del Resucitado con sus discípulos, en el que les encomienda su mandato misionero. Preparémonos con el aleluya para escuchar atentos ese relato.

EVANGELIO

 Lectura del santo evangelio según san Marcos 16, 15-20

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo:

—«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.

El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado.

A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos».

Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios.

Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.

Palabra del Señor.

Oración de los fieles

Queridos hermanos, en el que el Señor Jesús, ascendiendo al cielo, ha llevado a la gloria nuestra humanidad, promesa de salvación para todos nosotros, oremos juntos diciendo:

Escucha el clamor de tu pueblo, Señor.

  1. Por la Santa Iglesia: que, fortalecida en la fe por la certeza de la presencia del Señor, anuncie sin temor la novedad y la verdad del Evangelio, para que a todos los lugares pueda llegar la Palabra de salvación. Oremos.
  2. Por el Papa Francisco, los obispos, los sacerdotes y misioneros para que vivan siempre con alegría y humildad el envío hacia las gentes, recibido del Señor, y puedan alabar su nombre al reconocer los signos y los prodigios que Dios realiza a través de ellos en quienes se adhieren al Evangelio. Oremos.
  3. Por los gobernantes de nuestro país y del mundo para que les sea concedido un espíritu de humildad y fraternidad que les permita ser empáticos con el pueblo bajo su responsabilidad. Oremos.
  4. Por los que tienen hambre y frío para que encuentren en los hombres la mano generosa del Señor, que ha prometido estar con nosotros todos los días. Oremos.
    Por todos nosotros, para que también atendamos el llamado de anunciar el evangelio, comenzando por nuestros familiares y amigos. Oremos.

Presentación de las Ofrendas

El llamado de Dios para ir por todo el mundo y anunciar el evangelio nos ha sido dirigido hoy. Ofrezcamos, junto con el pan y el vino, nuestras oraciones por todos los misioneros del mundo. Cantemos.

Comunión

El Señor prometió estar con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo. En la Santa Eucaristía está para ser nuestro alimento y unirse a nosotros. Acerquémonos con devoción a recibirle.

Final

El mandato de Jesús para todos nosotros ha sido claro en este día: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación». No podemos evadir esa misión. Ahora más que nunca, al retirarnos a nuestros hogares, llevamos ese compromiso de anunciar la Buena Nueva de salvación, especialmente a aquellos que más alejados están de Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario