Material para el Animador de la Palabra.
Celebración de la Solemnidad del Corpus Christi. Ciclo B. 2 de junio de 2024.
1. AMBIENTACIÓN
Podemos poner delante del altar una de estas frases: “Dadles vosotros de comer” o “Entregaos en memoria mía”.
2. RITOS INICIALES
Monición. A lo largo de la historia el pueblo cristiano ha valorado tanto la eucaristía que le ha dedicado una fecha especia, una jornada para honrarla de un modo especial.
La Eucaristía es memorial... pero, sobre todo, es vivencia profunda de la presencia del Señor Resucitado, capaz, si le dejamos, de transformar nuestra vida...
Quien comparte el pan de Jesús tiene que estar dispuesto a compartir con los demás. Quien comulga en el Amor de Dios, no pude vivir sin compartir su vida, su tiempo, su pan y su corazón con los que lo necesitan.
Por eso hoy la Iglesia de Jesús celebra el día de la Caridad - El Amor- La experiencia de la eucaristía nos impulsa a poner en práctica las exigencias de la fraternidad, del servicio, de la generosidad sin fronteras.
Con estos sentimientos fraternos comenzamos la celebración.
Canto
Saludo. Hermanas y hermanos, bendigamos al Señor, presente sacramentalmente en la Iglesia.
Acto penitencial
Porque faltamos a la caridad, Señor, ten piedad.
Porque no compartimos como debemos, Cristo, ten piedad.
Porque tu amor nos hace libres, Señor, ten piedad.
Gloria
Oración. Oh Dios, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión; te pedimos nos concedas vivir entregados siempre al servicio de los hermanos más necesitados, trabajando por extender tu Reino, alabando y bendiciendo tu generosidad; viviendo una experiencia fuerte de tu redención sanadora, que nos salva, por J.N. S. Amén.
3. LITURGIA DE LA PALABRA
Monición a las lecturas. La eucaristía caló pronto entre los primeros cristianos. Su sentido se fue transmitiendo rápidamente de una comunidad a otra. San Pablo nos habla ya de una tradición que él mismo ha recibido, según la cual, eucaristía es memorial, acción de gracias y compromiso fraterno. Por lo tanto, los que comulgamos hemos de prolongar el amor generoso de Jesús.
El camino de la Eucaristía -comunión-, ha de pasar, necesariamente, por el compromiso con los necesitados, comunión de bienes, para vivir en plenitud la comunión con Jesús.
Lecturas. Ex 24,3-8. Salmo o canto. Hb 9,11-15. Aleluya. Mc 14,12-16.22-26. Breve silencio
Comentario homilético. Corpus Christi es un día sacramental, eucarístico. Junto con el Jueves Santo, evoca el significado de la Última Cena de Jesús con sus discípulos. Por eso, es el día de la Eucaristía y de la Caridad, es decir, del Amor convertido en gesto solidario, en servicio, en oblación... no se pueden separar.
Corpus Christi, es el día en que se motiva, de manera especial, el compartir de bienes porque la “propiedad privada”, radicalmente entendida, no va con el modo de ser cristiano. Nosotros los cristianos rezamos en plural: “Danos hoy nuestro pan de cada día...” El pan, símbolo del alimento necesario en la mayoría de las culturas, es un derecho que no se puede negar a nadie. Sin embargo, la realidad nos pone en evidencia, hay un numero inmenso, demasiado grande, de personas sin el “pan de cada día”. Un discípulo que se ha sentado a la mesa con Jesús, no pude rezar el Padre nuestro, como el que oye llover.
La mentalidad del auténtico cristiano es muy clara, desde el principio se nos dice: El amor se demuestra amando a los hermanos. El Maestro nos lo manda hacer con toda claridad: “Dijo Jesús a sus discípulos, dadles vosotros de comer “. Es decir, podemos resolver entre todos, las necesidades que vemos diariamente, si practicamos la solidaridad. Cuando se comparte no hay miserias, ni hambrunas, ni víctimas inocentes por la interminable pandemia del hambre; al contrario, la generosidad hace milagros, y cuando compartimos descubrimos una fuerza interior que multiplica nuestra vida y nos llena de alegría y libertad.
El ejemplo para nosotros siempre será Jesús, que lo dio todo y se entregó por completo. La Iglesia ha conservado su testamento que encierra una enorme espiritualidad. Jesús se vale del pan humilde para expresar su amor total: se parte y se reparte, satisface nuestras hambres y nos recuerda que hay más necesidades que las físicas, pero, también es verdad que, si no están cubiertas las físicas, las demás no son posibles... Quien no sabe si podrá comer mañana ¿de qué le sirve mi “sermón”? No podemos cantar: “Dios está aquí” y a continuación cerrar la puerta a quien nos pide pan.
Comer el pan sagrado de Jesús es potenciar la comunión con su causa, asumir su mandato, luchar, por lo que Él luchó. Es una contradicción comulgar y después ser, egoísta, orgulloso o violento.
En resumen, la eucaristía es el sacramento nuclear y culminante de la vida cristiana, el símbolo que Jesús nos entregó y que nos mandó repetir celebrativamente: “Haced esto en conmemoración mía”; es el sacramento del compartir y repartir, de la entrega y el sacrificio por los demás, hasta su expresión suprema: el martirio. Por eso es considerado el sacramento central y culminante de la vida cristiana.
Quedaría desdibujada y rebajada esta celebración, si no estuviéramos decididos a vivir en la práctica diaria el culto de la fraternidad solidaria
Que, Dios nos conceda, vivir desde hoy el significado que tiene la eucaristía. Porque siempre que nos juntamos para comer el Pan bendito, partido y repartido, celebramos el amor de Dios que se da todo entero en Cristo por el Espíritu, “Solo los pobres son capaces de hacerse pan para sus hermanas y hermanos”
Credo
Oración de los fieles
Para que la Iglesia transmita incansablemente el testamento de Jesús, roguemos al Señor.
Para que las personas desarrollen un amor de calidad, roguemos al Señor
Para que las eucaristías, y estas celebraciones de la Palabra, con sus enseñanzas, se prolonguen en la vida diaria y en nuestras relaciones con las personas, roguemos al Señor.
Por la organización eclesial de Cáritas, para que promueva el amor fraterno, la mutua ayuda, la solidaridad, roguemos al Señor.
Por todas la hermanas y hermanos victimas del hambre, para que nosotros, que tenemos en abundancia, no permitamos que sigan sufriendo esa terrible “pandemia” y aprendamos a compartir nuestro pan, roguemos al Señor.
Para que seamos señales de Jesús en medio del pueblo, roguemos al Señor.
Canto
4. RITO DE LA COMUNIÓN
Monición. La comunión con Jesús impulsa a amar cómo Él, a vivir para los demás, a pensar más en los otros que en uno mismo, a practicar la caridad y la misericordia sin descanso. Que esta comunión estimule en cada uno de los cristianos y cristianas, actitudes y compromisos arriesgados.
Canto
Introducción al Padre nuestro
Reunidos en fraternidad creyente, te bendecimos, Padre,
porque nos podemos ayudar y ser solidarios.
Conscientes de tu amor,
en compañía de Jesús y de tu Espíritu,
miramos a fondo esta realidad nuestra
y constatamos que hay: personas sin hogar,
inmigrantes mal pagados y mal aceptados,
ancianos mal atendidos, enfermos en soledad,
jóvenes sin orientación,
padres y madres de familia sin trabajo...
Ante esta realidad, no bastan los buenos sentimientos.
Rezamos estos problemas
para que eduques nuestro corazón en la solidaridad cristiana.
Tú, que eres capaz de hacernos buenos,
enséñanos a restañar las heridas de todos los que sufren.
Ayúdanos a procurar esa nivelación
que elimina desigualdades y hace Tierra Nueva.
Nos apuntamos al milagro diario del compartir.
Recogemos el trabajo de todos los rectos de corazón
y responsablemente te decimos: Padre nuestro...
Gesto de la paz
Distribución de la comunión: canto
Acción de gracias
Te damos gracias, Dios de la comunión y de la caridad. Nos enseñas a amar con el ejemplo.
Te damos gracias por Jesús, pan partido y compartido, sacramento de amor sacrificado, que resumió todo su mensaje en un único consejo: “Amaos como yo os he amado”.
Dios santo, tu amor y la entrega de Jesús nos urgen. Ahora es nuestro momento de solidaridad y de extremarla con los que sufren.
5. RITO DE CONCLUSIÓN
Compromiso. Intentar practicar un amor sobresaliente, de calidad: el amor cristiano.
PROCESIÓN (si procede)
En caso de no hacer procesión, es aconsejable dejar sobre la mesa del altar el Santísimo Sacramento unos minutos, e invitar a la asamblea a rezar y cantar algún cantico eucarístico.
Bendición
Monición final. Compartir a Jesús eucaristía es signo de un compartir más amplio con todos los hermanos... y de un modo especial con los que más nos necesitan. Sin confundir nunca la auténtica “caridad cristiana”, con un sentimiento de compasión estéril, que humilla al que lo recibe. Que la generosidad de Jesús nos ilumine para ser solidarios.
Nos despedimos cantando un canto eucarístico.
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