Domingo 5 de mayo 2024 / 6º Domingo de Pascua - Ciclo B
—BIENVENIDA:
Nos encontramos celebrando la gran fiesta cristiana: la Pascua; y concretamos hoy celebramos el domingo sexto de este tiempo en el cual nos hallamos ya en la etapa final, en que se acentúa el hecho de la no presencia física de Jesús, de la acción del Espíritu Santo y de la misión de la Iglesia como continuadora del camino de Jesucristo.
—LITURGIA DE LA PALABRA:
1ª. LECTURA: (Hch 10, 25-26. 34-35. 44-48)
Con este relato de la acogida dentro de la Iglesia, al primer cristiano que no era judío, se rompen definitivamente todas las barreras de razas y de pueblos, es la universalidad de la salvación.
SALMO RESP.: (97, 1-4)
R. El Señor reveló su victoria a las naciones.
2ª. LECTURA: (1 Jn 4, 7-10)
En esta carta vemos claramente la inmensidad del amor y la misericordia de Dios.
EVANGELIO: (Jn 15, 9-17)
En el santo Evangelio, Jesús nos exhorta a permanecer en su amor, que es la fuente y el motor para toda nuestra vida. Lo aclamamos gozosamente con el canto del Aleluya.
HOMILÍA
—ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Y ahora, queridos hermanos y hermanas, invoquemos a Dios, Padre todopoderoso, que resucitó a Jesús, nuestro jefe y salvador, y firmemente arraigados en su amor, elevemos nuestra humilde y confiada plegaria.
GUÍA: A cada una de las peticiones responderemos orando:
"SEÑOR, ILUMÍNANOS CON LA LUZ DE CRISTO"
—Padre santo, que hiciste pasar a tu Hijo amado de las tinieblas de la muerte a la luz de tu gloria, haz que tu Iglesia camine por la firmeza y fidelidad hacia tu luz admirable, y por ello te pedimos...
—Padre bueno, que nos has salvado por la fe, haz que nuestra Iglesia diocesana viva siempre según la fe que profesamos en nuestro bautismo, y por ello te pedimos...
—Padre justo, que por la victoria de la cruz elevaste a Cristo sobre la tierra, haz que todos los hombres y todos los pueblos alcancen la paz que Él vino a traer con su muerte y resurrección, y por ello te pedimos...
—Padre misericordioso, que has glorificado a tu Hijo, ayuda a los que sufren, da libertad a los presos, la salud a a los enfermos, el consuelo a los abandonados, y que en todos nosotros ellos descubran tu amor providente, y por ello te pedimos...
—Padre y Señor de la historia, haz que nuestras vidas, oculta en tI con Cristo, brillen en el mundo, para que sean un constante testimonio de discípulos suyos, amando, sirviendo y ayudando a los demás, y por ellos te pedimos...
CELEBRANTE:
Dios nuestro, Padre de todos los hombres, que por la resurrección de tu Hijo nos has dado una esperanza auténtica, derrama sin cesar sobre nosotros la fuerza del Espíritu Santo, para que él transforme nuestras vidas y se manifiesta en nuestras obras. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.
—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:
Al presentar estas ofrendas al Padre, ofrezcámonos nosotros mismos para ser verdaderamente otros Cristo que se entreguen a Él y a los hermanos, en especial a los más necesitados.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea
—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")
Y ahora, con la alegría de la salvación que el Padre nos ha dado por su Hijo, y con la ayuda del Espíritu de Amor, elevemos nuestro canto de acción de gracias.
—COMUNIÓN:
"No hay amor más grande que dar la vida por los amigos", nos ha dicho el Señor en el Evangelio. Y Él ha dado la vida por nosotros y nos ha elegido como amigos suyos. Participemos ahora de su Cuerpo y que esta alegría nos dure siempre y nos haga vivir como hombres renovados.
Cantamos...
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
Nos despedimos cantando...
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