14 febrero 2024

Moniciones y Lecturas 18 de febrero de 2024 – I Domingo de Cuaresma Ciclo B


Monición de entrada

Buenos días (tardes, noches), queridos hermanos.  Interrumpimos el Tiempo Ordinario para comenzar un tiempo de preparación para la Pascua. Celebramos hoy el Primer Domingo de Cuaresma, cuyos días de introducción los hemos comenzado a vivir desde el Miércoles de Ceniza.

Este es un tiempo de ayuno, oración, penitencia y limosna. La liturgia nos irá instruyendo sobre la forma correcta de realizar estas buenas prácticas cuaresmales.

Con un corazón contrito, arrepentido y dispuesto a la conversión, comencemos la celebración de estos sagrados misterios. De pie, cantemos todos…

Moniciones a las lecturas

Monición única para todas las lecturas

Con las lecturas de hoy comenzamos un programa de catequesis cuaresmal que la Iglesia nos propone para revisar nuestra fe y nuestra vida

Los textos que hoy escucharemos exponen la realidad del pecado y la respuesta amorosa de Dios. A pesar de la perversión humana en tiempos de Noé, Dios decide iniciar una nueva creación y establece un pacto con el ser humano, recordado en la segunda lectura. En el evangelio Jesús ofrecer la nueva y definitiva alianza para el mundo: el Reinado de Dios. Escuchemos con atención cada detalle de estas lecturas.

Moniciones para cada lectura

Monición a la primera lectura (Gn 9, 8-15)

De las etapas de la Historia de Salvación que van presentando las primeras lecturas de los domingos de Cuaresma, hoy escuchamos el pacto que Dios hizo con Noé, después del diluvio. Una lectura que acentúa la alianza con Noé y la salvación por las aguas bautismales. Escuchemos con atención.

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Génesis 9, 8-15

Dios dijo a Noé y a sus hijos:

—«Yo hago un pacto con vosotros y con vuestros descendientes, con todos los animales que os acompañaron: aves, ganado y fieras; con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. Hago un pacto con vosotros: el diluvio no volverá a destruir la vida, ni habrá otro diluvio que devaste la tierra».

Y Dios añadió:

«Ésta es la señal del pacto que hago con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, para todas las edades: pondré mi arco en el cielo, como señal de mi pacto con la tierra. Cuando traiga nubes sobre la tierra, aparecerá en las nubes el arco, y recordaré mi pacto con vosotros y con todos los animales, y el diluvio no volverá a destruir los vivientes».

Palabra de Dios.

Monición al salmo responsorial (Sal 24)

Con el salmo 24 responderemos a la primera lectura pidiendo a Dios que nos enseñe a conducirnos bien para guardar su alianza. Contestaremos todos:

Salmo responsorial: Salmo 24, 4bc-5ab. 6-7bc. 8-9

R. Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad
para los que guardan tu alianza.

Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R.

Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas.
Acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor.  R.

El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R.

Monición a la segunda lectura (1 P 3, 18-22)

San Pedro hace una interpretación de la primera lectura de hoy, presentándonos algunas formulaciones que nosotros también expresamos en el credo. Escuchemos.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 3, 18-22

Queridos hermanos:

Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables, para conduciros a Dios.

Como era hombre, lo mataron; pero, como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida.

Con este Espíritu, fue a proclamar su mensaje a los espíritus encarcelados que en un tiempo habían sido rebeldes, cuando la paciencia de Dios aguardaba en tiempos de Noé, mientras se construía el arca, en la que unos pocos —ocho personas— se salvaron cruzando las aguas.

Aquello fue un símbolo del bautismo que actualmente os salva: que no consiste en limpiar una suciedad corporal, sino en impetrar de Dios una conciencia pura, por la resurrección de Jesucristo, que llegó al cielo, se le sometieron ángeles, autoridades y poderes, y está a la derecha de Dios.

Palabra de Dios.

Monición al Evangelio (Mc 1, 12-15)

Escuchemos ahora un relato muy breve de las tentaciones, que presenta a Jesús en una encrucijada: optar por el camino propuesto por el Padre o elegir el que le propone el Tentador.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 12-15

En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto.

Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas, y los ángeles le servían.

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía:

—«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio».

Palabra del Señor.

Oración de los fieles

Presidente: En este tiempo de Cuaresma, en el que Dios nos acompaña en nuestro camino de purificación para llegar a compartir con Él la gloria de la Resurrección, dirigimos humildemente nuestras plegarias al Señor diciendo juntos:

Señor, guíanos con tu Espíritu Santo.

  1. Por la Iglesia, empujada, como Cristo, por el Espíritu, al desierto de la Cuaresma, para que se vea fortalecida en la lucha contra las fuerzas del maligno y pueda resistir a las tentaciones de este mundo. Oremos al Señor.
  2. Para que quienes tienen responsabilidades en la vida política y social, reconozcan sus pecados y conviertan sus corazones para prestar un mejor servicio al pueblo, sin intereses personales ni puro afán de poder terrenal. Oremos al Señor.
  3. Para que la Cuaresma nos mueva a practicar la caridad con quienes son marginados en nuestras sociedades y a compartir nuestros recursos económicos con los más necesitados. Oremos al Señor.
  4. Para que esta Cuaresma sea para todos, tiempo de verdadera conversión y penitencia y así podamos construir una comunidad creyente más buena y unida, dando así un testimonio que mueva a otros a dejar los malos caminos y acercarse a Dios. Oremos al Señor.

Presidente: Señor, Dios nuestro, tu Hijo Jesucristo, el nuevo Adán, con su obediencia hasta la muerte en cruz, ha merecido para todos el don gratuito de la Amnistía, escucha ahora nuestras súplicas; escucha ahora nuestras súplicas, perdona nuestros pecados y devuélvenos la alegría de tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Presentación de las Ofrendas

Con las ofrendas de pan y vino, también presentémosle al Señor nuestros corazones, para que la gracia de su Espíritu nos permita transformarlos en esta Cuaresma.

Comunión

No solo de pan vive el hombre, pero el Pan que Cristo hoy nos ofrece, nos dará la vida eterna. Movidos por el Espíritu Santo, acerquémonos a comulgar. Cantemos…

Final

Vayamos ahora a vivir una vida acorde con el Tiempo de Cuaresma, con ayuno, oración y limosna, para poder resistir las tentaciones de este mundo, como Cristo nos ha enseñado hoy en su Palabra.

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