SALUDO
Dios Padre, que nos muestra su Amor en Jesucristo el Señor, y que con la Fuerza del Espíritu nos llama a ser evangelizadores en el mundo, nos acompañe y esté con todos nosotros.
ENTRADA
Hermanos, la vida humana es el gran regalo de Dios para todos, y ésta se va construyendo en el servicio continuado a las personas, en la entrega a las causas nobles que ayudan a otros a vivir con dignidad. Para nosotros, para los cristianos, el sentido de la vida ha de ser el anuncio del Evangelio, un anuncio con palabras pero sobre todo con hechos, con prácticas liberadoras, cercanas y solidarias, que sean expresión del gran amor de nuestro Dios.
En un ambiente social y religioso como el que nos toca vivir, la tarea de anunciar el Evangelio es más urgente que nunca. Cuando parece que la fe se va reduciendo a prácticas individuales y aisladas, cuando la toma de posiciones cristianas se pretende relegarlas a «la sacristía»…, nuestra voz ha de sonar con fuerza, llena de esperanza. Que la Eucaristía nos ayude en nuestra tarea.
ACTO PENITENCIAL
Delante de Dios Padre nos sentimos queridos y perdonados de todo lo que nos aparta de Él y de los hermanos:
– Tú, que nos das el regalo de la vida para que la llenemos de entrega y de servicio. SEÑOR, TEN PIEDAD.
– Tú, que nos das el regalo de la vida para que vivamos en fidelidad al Amor. CRISTO, TEN PIEDAD.
-Tú, que nos das el regalo de la vida para que, estando del lado de quienes sufren, seamos su alivio y consuelo. SEÑOR, TEN PIEDAD.
Danos, Señor, tu perdón, que nos ayude a vivir con alegría. Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACIÓN COLECTA
Dios y Padre nuestro, cuya fidelidad se renueva cada mañana; al celebrar la eucaristía te pedimos que hagas de cada uno de nosotros un servidor del Evangelio, de modo que, trabajando por el bien de todos, merezcamos ser tus testigos en este mundo necesitado de la Buena Noticia. Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA SAPIENCIAL
El libro de Job nos sitúa ante el problema del dolor y de su sentido. A pesar de su experiencia, Job no llega a renegar de Dios, sino que mantiene una débil esperanza; ante el sufrimiento no podemos tener sólo buenas palabras de consuelo, sino compasión, sentir ese dolor como si fuera rsuestro. Quizá ésa es la única respuesta.
LECTURA APOSTÓLICA
El grito de Pablo, ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio, deberíamos hacerlo nuestro. Muchas veces creemos que la evangelización es solo tarea de algunos en la Iglesia. Pero no, por el bautismo todos hemos recibido la dignidad de hijos, y la Buena Noticia de Jesús que tenemos que compartir.
LECTURA EVANGÉLICA
La actividad de Jesús siempre es curativa, sanadora. Jesús, como a la suegra de Simón, nos cura también a nosotros de todo mal, nos coge de la mano para que, erguidos, empleemos nuestros días en el servicio: esto no es una moda, una corriente, sino lo más propio de los cristianos.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Con el deseo de que la vida y la salvación de Jesús lleguen a todo el mundo, presentemos al Padre nuestras plegarias diciendo: ESCÚCHANOS, PADRE.
1.- Por los cristianos, por todos los que creemos en Jesús. Que, como él, hagamos todo lo que esté en nuestras manos al servicio de los que sufren. OREMOS.
2.- Por los que son perseguidos por causa de su fe. Que el Espíritu de Dios los llene de fortaleza, y toque también el corazón de sus perseguidores. OREMOS.
3.- Por los cristianos y cristianas que tienen responsabilidades en la vida política, económica y social. Que actúen siempre con los criterios del Evangelio, al servicio de la dignidad y la justicia que Dios quiere para todos OREMOS.
4.- Ante la proximidad de la fiesta de la Bienaventurada Virgen María de Lourdes, oremos por los enfermos. Que vivan su dolor sostenidos por la fuerza de Dios y el cariño de los que les rodean. OREMOS.
5.- Por todos nosotros. Que demos con nuestra vida un buen testimonio del amor y la salvación de Jesús. OREMOS.
Escucha, Padre, nuestra oración, y haz que nunca dejemos de seguir a Jesús, que es luz y esperanza para toda la humanidad. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Prefacio Dominical IV
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Esta ofrenda que presentamos en tu altar, Señor, sea grata a tu ojos y así se convierta en una alabanza en tu honor y en alimento de vida para todos nosotros. Por Jesucristo.
PREFACIO
Realmente es justo y necesario, Señor, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, porque Tú nos llamas a construir una nueva tierra, cimentada sobre el amor y la justicia; Tú quieres que proclamemos a todos que has preparado para nosotros un Reino de fraternidad, de igualdad, de vida sin fin, para que así nadie pierda la ilusión, ni la esperanza, ni la alegría de vivir.
Por eso, unidos ahora a toda la Creación que camina hacia ese Reino de plenitud, te reconocemos como quien de verdad eres diciendo: Santo, Santo, Santo…
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te damos gracias, Señor, por todo lo que de Ti recibimos en cada momento de la vida. Ayúdanos con tu Amor a vivir libres de toda atadura, para que los cristianos seamos de verdad los que en el mundo apostemos por la paz, la justicia y el perdón. Por Jesucristo.
DESPEDIDA
Los cristianos somos los eternos itinerantes, los eternos nómadas. Anunciar y realizar la palabra de Dios es tarea ardua y amplia: hacen falta muchos braceros trabajando durante muchos años para que la Buena Noticia llegue a todos los hombres. Al menos, todos y cada uno de nosotros debemos comprometernos a trabajar bien en nuestra parcela y dejar nuestra tarea acabada.
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