30 noviembre 2023

Celebrando la Palabra - I Domingo de Adviento - (3 de diciembre)

 Celebración del I Domingo de Adviento. Ciclo B. 3 de diciembre de 2023.

 

 

1. AMBIENTACIÓN

 

Proponemos el cartel-lema-, que la Diócesis ha preparado o también el de cada zona pastoral.

Símbolos que podemos utilizar: Una escalera con cuatro peldaños, en cada uno de ellos se va colocando una de las frases del cartel (la que corresponda a cada domingo) u otra que la zona pastoral o la comunidad haya elegido. Conforme vamos “ascendiendo” en la Esperanza de un Tiempo Nuevo.

 

 

2. RITOS INICIALES

 

MONICIÓN DE ENTRADA. Con el Adviento comenzamos un nuevo Año litúrgico. Siempre que comenzamos algo significativo, se despiertan de nuevo la ilusión y la esperanza.

El proyecto salvador de Dios y la tarea incesante de construir su Reino, aparecen de nuevo ante nosotros para meditarlos y cuidarlos comprometidamente a lo largo de todo el año.

Adviento es un tiempo sugerente para la conversión y para “alzar la cabeza”, mirar la vida con ojos nuevos. Son cuatro semanas (este año son solo tres, al coincidir el 25 en lunes) que nos sitúan ante ese gesto sorprendente de Dios de querer acercarse, sin otra explicación que un amor sin límites. Dios ha querido salvarnos desde dentro, viviendo la aventura de cualquier ser humano y pasando por la vida como uno más.

Vamos a iniciar este nuevo año litúrgico viviendo con intensidad el cuidado personal y fraterno: soñando nuevos caminos, acogiendo nuevas iniciativas y acompañando todos los proyectos.

CANTO

SALUDO. Hermanas y hermanos, alabemos juntos al Señor que nos convoca a celebrar el Adviento.

ACTO PENITENCIAL

Tú nos quieres despiertos y comprometidos en el cuidado: Señor, ten piedad

Tú nos llamas a vivir acogiendo y acompañando: Cristo, ten piedad

Tú eres el futuro que nos aguarda: Señor, ten piedad.

No se dice Gloria

ORACIÓN. Padre, es tu amor el que nos pone de nuevo en camino hacia tu Hijo que viene. Te agradecemos este tiempo que nos regalas para poder acogerte y todas las ocasiones que nos brindas. Concédenos dejarnos visitar por tu gracia y que nuestra voluntad se deje sacudir por tu venida. Te lo pedimos a Ti, que vives junto al Padre en el amor del Espíritu.

 

 

3. LITURGIA DE LA PALABRA

 

MONICIÓN A LAS LECTURAS. Vivir con atención, vigilantes, debería de ser el distintivo del creyente; ser centinelas en la atalaya que descuella por encima de la niebla y mirar “más allá”, no quedarse en lo inmediato, sino atravesar con la mirada el horizonte para descubrir la “Entrañable misericordia del Padre que nos vista con su Luz Nueva”, para poder ver, no solo lo que ocurre, sino porque ocurre.

Jesús reclama esta actitud. Él es aliento para nuestra esperanza titubeante, y una llamada fuerte a la renovación. La Presencia salvadora de Dios, por la que tanto suspiraba Isaías, se ha cumplido totalmente en Jesús. Esta certeza debe de alimentar nuestra militancia y mantenernos en un Adviento activo y permanente.

COMENTARIO HOMILÉTICO. Adviento, como tiempo que prepara la Navidad, se reduce a cuatro semanas. Pero el “Adviento” verdadero no tiene límite de tiempo, es cosa de todo el año, de cada día; es un talante, una forma de estar en la vida, una actitud del alma: Esperar activamente.

Adviento es una dinámica de vigilancia y de espera. Quizás lo más significativo, sea la esperanza, un valor de alto estímulo frente a tanta rutina, desaliento, cansancio o mirada corta, sin horizontes amplios.

Todos necesitamos una buna dosis de esperanza; sin ella la vida se hace muy difícil, casi imposible y, no solo por la situación tan compleja e incierta que estamos atravesando... la esperanza es el modo de ser de la persona, nos renueva siempre, revitaliza nuestros proyectos, alimenta la ilusión y reafirma el compromiso firme de cuidarnos y de cuidar. Ella nos enseña a mirar con mirada cordial, a descubrir lo mejor de cada persona y acontecimiento.

Podemos ver en el Adviento un buen antídoto contra todo tipo de desmotivación, pesimismo o frustración, proponiéndonos: “Contra el desánimo crónico, la esperanza del Aviento”

Jesús es la mayor Esperanza posible para que la humanidad entera, cada comunidad y, cada uno de nosotros podamos avanzar. Él se nos acerca, viene a nosotros a diario de muchos y variados modos: en su Palabra que nos despierta, la comunidad que nos hace salir de nuestro aislamiento, los sacramentos, y también en los “sacramentos de la vida”, en lo sagrado del hermano: inmigrantes , pobres, enfermos... acogiendo la Vida, encontrándonos a ras de suelo, en la calle, en los caminos... “¡Mirad, alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación!”

Al comenzar el Adviento se nos invita a aprender a mirar con ojos nuevos y mirada acogedora, como la mirada del Maestro. Para ello es imprescindible andar despiertos, vigilantes ante las necesidades de los hermanos, porque con el espíritu embotado no vamos a ninguna parte. Por eso: cuando cuidamos con la ternura y la fuerza de Jesús, damos vida y vivimos siendo regalo-cuidado para los otros. (Silencio de interiorización)

CREDO

ORACIÓN DE LOS FIELES

Por la Iglesia, para que sea presencia de Dios y signo de esperanza, sobre todo para los más afectados por todas las “pandemias” que asolan a tantos hermanos y hermanas: hambre, refugiados... y también, corona virus, roguemos al Señor.

Para que los pueblos avancen en la ayuda y el cuidado a todos y especialmente a los más vulnerables, roguemos al Señor,

Para que vivamos vigilantes y crezcamos en cercanía humana y fraterna, sobre todo ahora que no nos debemos juntarnos físicamente, roguemos al Señor.

Para que nuestro amor y consuelo llegue a todos los que sufren, con nuestra ayuda espiritual y material, roguemos al Señor.

Para que nos dejemos atravesar por este Tiempo de Gracia que el Señor nos concede y no pasemos de largo ante su venida salvadora, roguemos al Señor.

 

 

4. RITO DE LA COMUNIÓN

 

MONICIÓN. Comulgar con Jesús es acoger su calidad de vida, la que refleja su Evangelio, y afanarse por transmitirla con hechos y palabras.

INTRODUCCIÓN AL PADRE NUESTRO

Bendito seas, Padre, Dios del cielo y de la tierra,
por Jesús, nuestro hermano y salvador,
Él es el regalo de altísima calidad que nos habías prometido,
la viva fotografía de tu identidad, el ideal que nos ayuda a vivir.

Su verdad nos ilumina y fortalece;
su santidad nos desafía y estimula.
Él despeja todos nuestros misterios
y nos impulsa a gastar la vida cuidando la fraternidad.

Padre bueno, queremos darte gracias por Jesús,
que vivió la aventura humana con elegancia y con-pasión;
la fuente de su energía eras Tú.

Por eso estuvo siempre en comunión contigo,
desbordante de oración y lleno de mística.

Él es para nosotros Buena Noticia que entusiasma.

Padre te abrimos el corazón
para que tu Espíritu salvador nos llene de aire nuevo
en este Tiempo de Gracia; por eso rezamos juntos: Padre nuestro....

GESTO DE LA PAZ

DISTRIBUCIÓN DE LA COMUNIÓN (Canto)

ACCIÓN DE GRACIAS

No desistas, Señor;
sigue insistiendo en venir a nosotros,
en hacerte vecino de nuestros pueblos, que se mueren,
de nuestras ciudades, que te ignoran...
y.… quieren “salvar la Navidad”...

Hazte vecino de nuestra alegría, de nuestro dolor y nuestras lágrimas.


Ven más cada mañana,
no dejes nunca de acercarte.

Sucede que la arcilla es así,
que está regada de añoranza y de amor
y nuestro canto se nos queda sin sol, y sin agua...

Sigue empeñado, a pesar de nosotros;
ven a nuestra sed.

Llegará un día en que todo estará como Tú quieres

 

 

5. RITO DE CONCLUSIÓN

 

COMPROMISO. Vivir todos los días con atención la compañía salvadora de Dios, cuidando a todos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN. (se toma del misal)

MONICIÓN FINAL. Adviento es tiempo de conversión y de esperanza. Probablemente hay zonas de nuestra persona y, actitudes en nuestro pueblo, en nuestra parroquia, habitadas por la sombra y, por lo tanto, cerradas a Dios, Nuestra súplica-oración de adviento es: “VEN SEÑOR JESÚS”.

Todavía necesitamos aprender el modo de hacer realidad nuestros mejores sueños: acogerte para tener vida y, aprender a acompañar la VIDA de tod@s. FELIZ ADVIENTO.

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