• En esta parábola la imagen utilizada no es la de la viña, como en las anteriores. La que encontramos aquí es también tradicional en la Biblia: la del banquete de boda, que hace referencia a la Alianza de Dios con su pueblo (Mt 25,1-13).
• El mensaje es parecido: el convidado a hacer la Alianza con Dios ha sido el pueblo de Israel, éste ha rehusado la invitación; esto no evita que la boda se celebre y que la sala se llene con un Pueblo de Dios renovado, constituido por gentes de todas las naciones. Es decir: Dios es fiel a su Alianza, hace Alianza con la humanidad a pesar de las resistencias, y todo el mundo está invitado a participar.
• Algunas observaciones sobre la parábola:
* El versículo 7 es, probablemente, una alusión a la destrucción de Jerusalén por los romanos, en el año 70 dC, antes, por tanto, de que fuese redactado el Evangelio. Mateo ve en esta destrucción la consecuencia del pecado de Israel que tiene el punto culminante en la crucifixión de su propio Mesías (Mt 23,35-36).
* «Los cruces de los caminos» (9), a los que el «rey» envía a «sus criados», indican la entrada de los demás pueblos en el Reino de Dios. Al final del Evangelio encontramos al Resucitado enviando a sus Apóstoles a todos los pueblos (Mt 28,19).
* La parábola, pues, anuncia la invitación a los paganos (9) al tiempo que hace referencia al pueblo de Israel (3-4) que, siendo el primer destinatario del anuncio de Jesús, lo ha rechazado (5-6). Mateo ya había recogido este mismo mensaje en el capítulo 8 a propósito de la curación del criado de un centurión (Mt 8,5-13). Por otro lado, la entrada de los demás pueblos Mateo la había anunciado en el prólogo, en las figuras de los «magos de Oriente» (Mt 2,1 -12). Y cuando termina su Evangelio, Mateo recuerda que la misión de los discípulos de todas las generaciones será la de hacer la invitación a «todos los pueblos» (Mt 28,19).
* Con la indicación de que en la sala entran «malos y buenos» (10) se está haciendo una descripción de la Iglesia en la que hay mezcla de malo y bueno. La Iglesia no es, ni tiene que ser, pues, la asamblea de los buenos (ni de los «buenos» carcas ni de los «buenos» progres).
* «El llanto y el rechinar de dientes» (13) es una imagen bíblica que expresa la indignación de los malvados ante la felicidad de los justos. Mateo la usa a menudo (Mt 8,12; 13,42.50; 24,51; 25,30).
* Los versículos 11-14 sobre el «traje de fiesta» son propios de Mateo. Son un toque de alerta dirigido a los cristianos que tienen que procurar llegar al banquete con el vestido adecuado, que no es otro que el cumplimiento de la voluntad de Dios -que no es otra cosa que la respuesta a su Amor- y que se manifiesta en las obras (Mt 21,28-32).
* Que «el rey» reaccione agresivamente (7,13) no significa que Dios también lo haga. Se está indicando que la persona que no vive en el Amor -hacer la voluntad de Dios- camina hacia la muerte, «las tinieblas», no que Dios lo tenga que castigar .
• El tema del convite al banquete nos es ocasión para prestar atención a los aspectos de nuestra vida que hacen referencia a la invitación y a la acogida de la Iglesia y al sacramento del banquete del Reino que es la celebración de la Eucaristía. A quién y cómo convidamos; qué testimonio damos en el día a día y en todos los ámbitos de nuestra vida a las personas que nos rodean; cómo acogemos; cómo estamos atentos a cada una de las personas que conocemos o encontramos en «los caminos» de cada día.
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