MONICIÓN ENTRADA
Bienvenidos sean todos ustedes, hermanos y amigos. Que el Señor – eternamente misericordioso – nos siga asemejando cada día más a su imagen.
Estamos en el Domingo Veintinueve del Tiempo Ordinario. La Liturgia de la Palabra de hoy nos recuerda que Dios es el único Señor, y que cada criatura es un regalo de Dios para las demás criaturas. El hombre fue creado a imagen de Dios para ser el rostro sonriente de Dios para sus hermanos, para ser mensajero de felicidad para su prójimo, para ser una bendición para los demás. el hombre es la moneda de Dios. Sólo sirviendo a los demás realizamos nuestra vocación de imagen de Dios.
Llenos de alegría por la Presencia salvadora del Resucitado aquí y ahora entre nosotros, pongámonos de pie para darle gracias.
MONICIÓN PRIMERA LECTURA (Isaías 45,1.4-6)
Isaías nos recuerda que Dios es el Señor de la historia, y puede servirse de las personas que uno menos se espera para llevar a cabo su plan de salvación. Escuchemos…
PRIMERA LECTURA
Llevó de la mano a Ciro para doblegar ante él las naciones
Lectura del libro de Isaías 45, 1. 4-6
Así dice el Señor a su Ungido, a Ciro,
a quien lleva de la mano:
«Doblegaré ante él las naciones,
desceñiré las cinturas de los reyes,
abriré ante él las puertas,
los batientes no se le cerrarán.
Por mi siervo Jacob,
por mi escogido Israel,
te llamé por tu nombre, te di un título,
aunque no me conocías.
Yo soy el Señor y no hay otro;
fuera de mí, no hay dios.
Te pongo la insignia,
aunque no me conoces,
para que sepan de Oriente a Occidente
que no hay otro fuera de mí.
Yo soy el Señor, y no hay otro».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 95, 1 y 3. 4-5. 7-8. 9-10a y c (R.: 7b)
R. Aclamad la gloria y el poder del Señor.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R.
Porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
Pues los dioses de los gentiles son apariencia,
mientras que el Señor ha hecho el cielo. R.
Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas. R.
Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda;
decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él gobierna a los pueblos rectamente». R.
MONICIÓN SEGUNDA LECTURA (1 Tesalonicenses 1,1-5b)
Pablo se dirige a la comunidad de los Tesalonicenses, comunidad que ha entendido la vida como un regalo de Dios y por eso se han entregado al servicio del Reino. Escuchemos…
SEGUNDA LECTURA
Recordamos vuestra fe, vuestro amor y vuestra esperanza
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 1, 1-5b
Pablo, Silvano y Timoteo a la Iglesia de los tesalonicenses, en Dios Padre y en el Señor Jesucristo. A vosotros, gracia y paz.
Siempre damos gracias a Dios por todos vosotros y os tenemos presentes en nuestras oraciones.
Ante Dios, nuestro Padre, recordemos sin cesar la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y el aguante de vuestra esperanza en Jesucristo, nuestro Señor.
Bien sabemos, hermanos amados en Dios, que él os ha elegido y que, cuando se proclamó el Evangelio entre vosotros, no hubo sólo palabras, sino además fuerza del Espíritu Santo y convicción profunda.
Palabra de Dios.
Aleluya Flp 2, 15d. 16a
Brilláis como lumbreras del mundo,
mostrando una razón para vivir.
Versículos alternativos para el Aleluya
MONICIÓN EVANGELIO (Mateo 22,1-14)
Hoy Jesús nos trae esta Buena Noticia: así como la moneda debe ser restituida al César porque lleva su esfinge, así el hombre debe ser restituido a Dios porque lleva grabada su imagen. Abramos el oído, la mente y el corazón, y pongámonos de pie para acoger su Palabra.
EVANGELIO
Pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios
Lectura del santo evangelio según san Mateo 22, 15-21
En aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron unos discípulos, con unos partidarios de Herodes, y le dijeron:
—«Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no miras lo que la gente sea. Dinos, pues, qué opinas: ¿es lícito pagar impuesto al César o no?».
Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús:
—«Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto».
Le presentaron un denario.
Él les preguntó:
—«¿De quién son esta cara y esta inscripción?».
Le respondieron:
—«Del César».
Entonces les replicó:
—«Pues pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».
Palabra del Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario