31 agosto 2023

La misa del domingo 3 septiembre 2023: misa con niños

 DOMINGO XXII TIEMPO ORDINARIO

SALUDO

Dios nuestro Padre, que en Jesucristo el Señor y con la Fuerza de su Espíritu nos ayuda a descubrir lo que es bueno y perfecto, esté con todos nosotros.

ENTRADA

Con frecuencia, hermanos, limitamos nuestra pertenecía a la Iglesia a cumplir una serie de preceptos que, a fuerza de repetirlos, parece que pier­den para nosotros su verdadero sentido. Nos pasa con la Eucaristía, con la oración, con lo más importante…, y no es una exageración decir esto. Por contra, ponemos como muy importante cosas que no lo son tanto: la fiesta del lugar, la romería, lo que siempre se ha hecho… Lo más importante para el cristiano es lo que aprendemos de Jesús, puesto que Él es nuestro Señor; Jesús nos dice que quienes quieran seguirle se han de sentir seducidos por su persona, por su mensaje, seducidos por una causa (el reino de Dios) que le llevó a la cruz. Una cruz que también reducimos en ocasiones a un boni­to artículo de joyería, olvidando que es signo de entrega y de la salvación que Dios obra por medio de Jesús. Y olvidando que no hay Cruz sin Resu­rrección. El Evangelio no termina en la Cruz, sino que viene seguido de la Vida, de la fuerza del Amor.

Que la Eucaristía nos haga mejores seguidores de Jesús, asumiendo la cruz de cada día, en la espera de la Resurrección.

ACTO PENITENCIAL

Sabemos que tenemos pecados y limitaciones, pero también sabemos que la misericordia del Señor nunca termina. Pidamos ahora perdón:

– Tú, que pones el sentido de la vida en la entrega y el servicio.

SEÑOR, TEN PIEDAD.

– Tú, que nos ayudas a valorar la vida como ocasión de crecimiento y de plenitud.

CRISTO, TEN PIEDAD.

-Tú, que nos ayudas a descubrir en la vida lo que es bueno y perfecto.

SEÑOR, TEN PIEDAD.

Oración: Danos, Señor, tu gracia y tu perdón. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACIÓN COLECTA

Dios Padre nuestro, que en Jesús nos muestras tu verdadero rostro de amor y de ternura; ayúdanos para que, superando las dificultades de cada día, sepamos vivir cerca de quienes sufren la cruz del desamor y de la injusticia, dándoles motivos para la esperanza. Por nuestro Señor Jesucristo.

LECTURA PROFÉTICA

“Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir”, es la experiencia del profeta. No somos nosotros quienes elegimos a Dios, sino que es Él quién nos bus­ca sin cesar. Pero esta elección conlleva con frecuencia tener que romper con modos establecidos, para vivir abiertos al Amor.

LECTURA APOSTÓLICA

La vida del cristiano es, ante todo, una práctica, un poner de manifiesto aquello que decimos creer. En este texto se nos llama a los cristianos, a vivir de modo acorde con esta vocación y con este nombre de cristianos. No es un modo de obrar, una ética añadida, sino derivada directamente del ser cristiano.

LECTURA EVANGÉLICA

Ser cristiano significa ser discípulo, vivir siguiendo a Jesús, nuestro Camino al Padre. No es un seguimiento fácil, pero sí confiado, pese a las dificultades. Con frecuencia supone tener que renunciar a seguridades humanas y a ideas preconcebidas, para vivir abiertos sólo a la novedad del reino y a Jesús.

ORACIÓN DE LOS FIELES

Oración universal: Guiados por el Espíritu de Jesús, presentemos al Padre nuestras peticiones diciendo: ESCÚCHANOS, PADRE.

  1. Por la Iglesia, por todos los que, en el mundo entero, queremos seguir el camino de Jesús con fidelidad. OREMOS:
  2. Por los pobres y los enfermos, por los humillados y los perseguidos, por todos los que comparten más de cerca el dolor de la pasión y la cruz. OREMOS:
  3. Por los gobernantes y los políticos, por los responsables de la economía, por los trabajadores de la administración pública. OREMOS:
  4. Por los extranjeros que han visitado nuestro país este verano . OREMOS:
  5. Por nosotros, por nuestras familias, por nuestros amigos, por nuestros compañeros de trabajo o de estudio. OREMOS:

Oración; Escucha, Padre, nuestra oración, y concédenos seguir a tu Hijo Jesucristo en su pasión, paraa alcanzar también su resurrección. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al presentar en esta mesa de la fraternidad, Señor, el pan y el vino como signo de los bienes que de ti recibimos, acoge también con ellos todos nuestros trabajos por crear un mundo de hermanos, y hazlos fruc­tificar, tu que todo lo puedes. Por Jesucristo.

PREFACIO  Prefacio dominical VIII.

Acostumbrados a adorar el dinero como signo de grandeza, de prepo­tencia, de dominio; acostumbrados a valorar a las personas por lo que pode­mos sacar de ellas; acostumbrados a vivir en un mundo que no cuidamos y que no es casa de acogida para todos…, queremos, Señor, reorientar nuestra vida hacia la búsqueda de la justicia, del amor y de la paz. Pero qué difícil, Señor, qué dificil. Pasar a estar entre los últimos, renunciar a nuestra parce­la de poder; pasar a servir a los demás; pasar a asumir la dificultad, el desa­mor, la injusticia, y a luchar para que triunfe siempre la verdad.

Sé Tú nuestra fuerza y ánimo para aclamarte, siempre, como quien de verdad eres, diciendo: Santo, Santo, Santo…

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te damos gracias, Señor, por esta celebración que nos ha unido y que es una nueva llamada a la entrega y al testimonio; ayúdanos para que vivamos como personas salvadas, anunciando en todo tu Amor y tu entrega sin fin. Por Jesucristo.

DESPEDIDA

Que la Eucarsitía nos devuelva a nuestra vida diaria dispuestos de nuevo a vivir cristianamente todos nuestras ocupaciones y poreocupaciones para llenar el mundo del espíritu de las bienaventuranzas.

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