MONICIÓN DE ENTRADA
Jesús se sienta a la mesa con sus Apóstoles a celebrar la última cena con ellos y les encargó que la celebrasen en el futuro en memoria suya. Esta celebración abre el Triduo Pascual, ésta nos prepara para la celebración por excelencia de los cristianos: la Vigilia Pascual, que celebraremos, Dios mediante, el próximo sábado. Las lecturas de hoy nos ayudarán a entender lo que Jesús hizo y nos dan las pautas para lo que nosotros tenemos que hacer hoy. Nos ponemos de pie para comenzar cantando con alegría mientras recibimos a los ministros de esta celebración.
MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA (Éxodo 12, 1-8. 11-14)
El texto que escucharemos a continuación nos habla de las prescripciones que Dios le había dado al pueblo para la celebración de la fiesta de la Pascua. En esta fiesta se recordaba la salida de los judíos de la esclavitud de Egipto. Este era el acontecimiento más importante de la historia del pueblo de Israel. Escuchemos.
MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA (I Corintios 11,23-26)
La institución de la Eucaristía es la nueva Pascua cristiana. La Eucaristía es memorial de la pasión y muerte del Señor hasta que Él vuelva de nuevo. El Maestro cambia las bendiciones que se hacían sobre el pan y el vino, aplicándolas a su propio cuerpo y sangre que se entregan para nuestra salvación. Oigamos.
MONICIÓN AL SANTO EVANGELIO (Juan 13, 1-15)
Mis hermanos les invito para que pongan mucha atención a la escena evangélica de hoy. Ella nos muestra claramente cómo ha de ejercerse la autoridad en la comunidad de hermanos: como servicio de amor. Y no sólo la autoridad sino también la convivencia y las relaciones entre los que componen la asamblea de fe. ¿Comprenden lo que he hecho con ustedes? Pregunta Jesús a sus discípulos después que les lavó los pies. Si yo, el Maestro y el Señor les he lavado los pies, aprendan el ejemplo para que ustedes hagan lo mismo. Nos ponemos de pie, para cantar el aleluya, antes de escuchar el Evangelio.
ORACIÓN DE LOS FIELES
- 1.Por la iglesia, cuerpo de Cristo; para que guarde la unidad en la caridad, que quiso para ella Jesucristo, y así el mundo crea, roguemos al Señor.
- Por el Papa, los obispos, los presbíteros, diáconos, religiosos y religiosas y todos los que ejercen algún ministerio en la Iglesia; para que su vida sea siempre, a imagen de Cristo, servicio y entrega a sus hermanos, roguemos al Señor.
- Por los gobernantes de todas las naciones, especialmente los nuestros; para que sirvan a sus pueblos promoviendo la justicia y la paz, roguemos al Señor.
- Por nosotros, reunidos en este templo para participar en la cena del Señor; para que, siguiendo el ejemplo de Cristo, vivamos la urgencia del mandamiento nuevo de amar a todos, incluso a los que nos quieren mal, roguemos al Señor.
- Por los jóvenes, para que sepan responder con generosidad a la llamada del Señor a seguirle en la vida religiosa y sacerdotal, roguemos al Señor.
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