¿Qué es lo más grande que alguien ha hecho por ti? ¿Alguien se ha hecho pan y vino para que tú sigas caminando, para que tú sigas viviendo y dando vida, para que no desfallezcas, sin fuerzas? Jesús de Nazaret, el Cristo, el hijo de María y de José. Él quiso quedarse siempre contigo en forma de pan y de vino. Quiso que su Cuerpo y su Sangre fueran cuerpo y sangre tuyos. Quiso ser tu alimento, tu fuerza, tu Luz. Y sólo porque te quiere. Sólo por amor.
¿Qué te alimenta a ti en la vida? ¿Qué te da fuerza? ¿De dónde tomas tu energía para vivir y dar vida a los demás?
Cada uno da lo que recibe y recibe lo que da… antes o después. ¿A quién alimentas, quién recibe de ti fuerza para seguir viviendo? ¿A nadie?
Jueves Santo, Jueves de Pan y entrega. Jueves de mesa compartida hasta el fin del mundo. Así es el Dios en quien creemos. Sólo tienes que acercarte a Su Mesa y querer recibirle, querer que Él forme parte de tu «menú» diario. Todos los hambrientos del mundo: hambrientos de pan, de alegría, de compañía, de fe, de esperanza de cariño, de calor… todos esperan de ti un pedazo de pan. No es tuyo. Tú sólo desea con todas tus fuerzas que lo que recibes de Cristo seas capaz de darlo a los demás. Hasta el fin del mundo.
¿Te sientes amado por Dios? ¿En qué lo notas? Sé concreto… ¿Encuentras sentido a esta propuesta de vida: amar por encima de todo? ¿Por qué? ¿Llegas a entender el cambio que esto puede provocar en ti, en tu entorno, en el mundo?
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