1. AMBIENTACIÓN
Podemos colocar un cartel con una de estas frases: “Jesús es la luz” o, “Jesús quiere que veamos claro”.
2. RITOS INICIALES
Monición. El mensaje fuerte de este domingo nos viene expresado por el contraste: luz, ceguera. El simbolismo de la luz es frecuente en la literatura bíblica. La fe proporciona luz. Sin fe podemos andar por la vida un tanto a oscuras, mucho más en momentos difíciles. El Evangelio incluso apunta más: necesitamos que Dios nos cure alguna ceguera para que sepamos desentrañar el misterio de la vida y para mirar y ver con ternura a los demás.
Con estos deseos y teniendo como meta la Pascua, comenzamos la celebración.
Canto
Saludo. Alabemos al Señor, que nos llama a vivir conscientemente.
Acto penitencial
Porque eres la luz del mundo, Señor, ten piedad
Porque muchas veces no hemos querido ver, Cristo, ten piedad.
Porque el pecado nos ciega, Señor, ten piedad.
Oración
Señor, Padre bondadoso, que nos has regalado la vida y la has enriquecido con la fe bautismal, mantén en nosotros el vigor y la juventud de espíritu para caminar como dignos hijos de la luz y así seguir construyendo tu Reino en comunión con todos los comprometidos. Por J. N. S. Amén
3. LITURGIA DE LA PALABRA
Monición a las lecturas. Caminar como hijos de la luz es lo lógico en todos los cristianos y en todas las personas de buena voluntad. Para ello se necesita ver no solo con los ojos, sino, sobre todo, desde el corazón. El mensaje de las lecturas resalta el sentido iluminador que tiene la fe.
Lecturas. 1Sm 16,1b.6-7. 10-13a. Salmo o canto. Ef. 5,8-14. Aclamación. Ju 9,1-14. Breve silencio
Comentario homilético. Seguramente que hemos oído muchas veces afirmaciones cargadas de sabiduría como éstas: “Lo esencial sólo se ve con el corazón”, o, “No hay peor ciego que el que no quiere ver” ... En este sentido la primera lectura rezumando sabiduría bíblica aconseja: no te quedes en las apariencias, no te detengas en la fachada exterior. “La mirada de Dios no es como la mirada del hombre, pues el hombre mira las apariencias, pero el Señor mira el corazón”. Tal vez por eso, Dios no se cansa de querernos. Porque sabe que en el fondo de cada corazón humano laten buenos sentimientos y nobles aspiraciones. Nadie es tan perverso ni tan terco como para cerrarse definitivamente a la luz.
No obstante, la tiniebla del mal ejemplo y del engaño siempre está ahí como un riesgo y una amenaza. Incluso nosotros mismos hemos podido ser causa de mal ejemplo para otros. El autor de la carta a la comunidad cristiana de Éfeso, se lo dice con toda claridad: “En otro tiempo erais tinieblas, ahora sois luz en el Señor”. Por tanto, buscad lo que le agrada, denunciad lo que degrada y optad por lo que refuerza la dignidad de las personas. Ésta es la dinámica bautismal que simboliza el texto evangélico. El don de Dios comienza por “abrir los ojos”, es decir, por despejar la mente y equilibrar el interior. Por eso, debemos abrirnos al Evangelio, para no andar por la vida como ciegos de mente y de corazón. Silencio de interiorización.
Credo
Oración de los fieles
Oremos, a Dios Padre por todos los que le buscan, para que puedan ser iluminados con la luz de la fe.
Oremos por todos aquellos, a quienes les ciegan los problemas de la vida y no ven la misericordia de Dios.
Pidamos por la Iglesia, para que, en estos momentos difíciles, sea luz para todos, y especialmente para los que más sufren.
Oremos por las comunidades de nuestro entorno, para que limpiemos el corazón y lleguemos a la Pascua con el compromiso firme de la solidaridad fraterna.
Oremos por toda la humanidad, para que salgamos de las dificultades y sufrimientos, reforzados, y con en una decidida fraternidad universal.
Por estas y todas nuestras mejores intenciones, ROGUEMOS AL SEÑOR.
4. RITO DE LA COMUNIÓN
Monición. Vamos a alimentarnos con el pan de la vida. Jesús mismo se nos ofrece como alimento. La comunión con Jesús nos tiene que ayudar a ver con profundidad y a ser hijos de la luz.
Introducción al Padre nuestro
Te bendecimos, Padre, porque Tú sigues a nuestro lado
en los momentos de oscuridad, eliminando nuestra tiniebla,
para que no equivoquemos el camino de la vida.
Te aplaudimos porque has sembrado en la historia
un modelo humano repleto de claridad y cargado de razón.
Jesús, un destello de tu luz,
nos revela el misterio y el sentido de cuanto ocurre en nuestra vida.
Su modo de ser y de hablar arroja tanta evidencia y convicción
que ha inaugurado la era de la humanidad nueva.
En Él brilla una nueva y definitiva solidaridad.
Impulsados por su testimonio, alzamos nuestro corazón
y nos unimos en oración a toda la Iglesia
y te decimos la oración de los hijos y los hermanos: Padre nuestro...
Gesto de la Paz
Distribución de la comunión
Canto
Acción de gracias:
Gracias, Señor, Porque tu Luz, nos hace ver la luz.
Gracias por curar nuestra ceguera.
5. RITO DE CONCLUSIÓN
Compromiso. Caminar por la vida siendo luz para todos.
Oración después de la comunión. (se toma del misal)
Monición final. La luz de Cristo a aparecido en nuestro camino y se proyecta en nuestro horizonte, a veces nublado, pero con la certeza de que detrás de la niebla, brilla con intensidad la luz de la Pascua del Señor resucitado. Él pasó haciendo el bien... Y así ha soñado Dios que sea nuestra vida. Que, Él nos acompañe, y nos enseñe a cuidarnos unos a otros.
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