28 febrero 2023

Moniciones y Lecturas 5 de marzo de 2023 – II Domingo de Cuaresma Ciclo A

 

Monición de entrada

Queridos hermanos, sean todos bienvenidos a la casa de Dios, en la que nos disponemos para celebrar la Santa Misa, en este segundo domingo de Cuaresma, encaminándonos hacia la Pascua con Cristo. Este es el domingo de la transfiguración: Cristo deja ver su gloria a sus discípulos, como un anticipo de su resurrección.

En nuestro camino cuaresmal, no nos olvidamos de pedir a Dios que esta Eucaristía «nos prepare a celebrar dignamente las fiestas pascuales».

Hoy la liturgia nos hace una solicitud especial respecto a Jesús: «Escuchadle». Pidamos a Dios quite de nosotros toda perturbación que nos impida escuchar su voz, y comencemos esta celebración con el canto de entrada. De pie y cantemos todos…

Moniciones a las lecturas

Monición única para todas las lecturas

Hermanos, comenzamos a escuchar la Palabra de Dios. El relato de la vocación de Abrahán que encontramos en el libro del Génesis nos presenta al patriarca dejando su tierra y emprendiendo un largo viaje hacia una tierra prometida por Dios. El salmo recoge expresiones de confianza que muy bien podrían haberle acompañado durante la ruta. La escena evangélica de la transfiguración confirma la vocación de Jesús como Hijo amado de Dios e invita a los discípulos a que lo escuchen y le sigan en el camino hacia la Pascua. Pablo subraya que la fidelidad a esta “vocación santa”, no exenta de dificultades, no es obra nuestra, sino fruto de la gracia que se ha manifestado en Jesucristo. Escuchemos con atención.

Moniciones para cada lectura

Monición  a la primera lectura (Génesis 12, 1-4a)

La etapa de la historia de la salvación que se proclama el segundo domingo de Cuaresma es cada año la figura de Abrahán: en ese ciclo A, su inicio, su vocación, que él acepta inmediatamente, convirtiéndose así en el prototipo de todo creyente que, fiado en la palabra de Dios, deja todo cuanto posee y se pone en camino rumbo a lo desconocido. Escuchemos atentos.

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Génesis 12, 1-4a

En aquellos días, el Señor dijo a Abrán:

—«Sal de tu tierra y de la casa de tu padre, hacia la tierra que te mostraré.

Haré de ti un gran pueblo, te bendeciré, haré famoso tu nombre, y será una bendición.

Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que te maldigan. Con tu nombre se bendecirán todas las familias del mundo».

Abrán marchó, como le había dicho el señor.

Palabra de Dios.

Monición al salmo responsorial (Salmo 32)

Dios ha prometido gratuitamente a Abrahán una bendición universal y definitiva: él nos librará de la muerte si, como Abrahán, «esperamos en su misericordia». Manifestemos esos sentimientos con el salmo 32 diciendo todos:

Salmo responsorial: Salmo 32, 4-5. 18-19. 20 y 22

R. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.

La palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R.

Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. R.

Monición a la segunda lectura (Romanos 5, 12-19)

En la segunda lectura de hoy, Pablo aplica la vocación de Abrahán, y su respuesta de fe, a los cristianos: en concreto a Timoteo, uno de sus discípulos predilectos. Dios nos llama también a nosotros una vida santa.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 1, 8b-10

Querido hermano:

Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según la fuerza de Dios.

Él nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestros méritos, sino porque, desde tiempo inmemorial, Dios dispuso darnos su gracia, por medio de Jesucristo; y ahora, esa gracia se ha manifestado al aparecer nuestro Salvador Jesucristo, que destruyó la muerte y sacó a la luz la vida inmortal, por medio del Evangelio.

Palabra de Dios.

Monición al Evangelio (Mateo 4, 1-11)

El pasaje del evangelio nos traslada a la cima del monte Tabor para contemplar allí la
gloria del Jesús transfigurado, en presencia de sus tres discípulos más cercanos, Pedro, Santiago y Juan, a quienes les permitió contemplar su gloria. Contemplémosla nosotros también, preparándonos bien para la escucha atenta de este mensaje.

EVANGELIO

 Lectura del santo evangelio según san Mateo 17, 1-9

En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta.

Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz.

Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él.

Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús:

—«Señor, ¡qué bien se está aquí! Si quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».

Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía:

—«Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo».

Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto.

Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo:

—«Levantaos, no temáis».

Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo.

Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó:

—«No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos».

Palabra del Señor.

Oración de los fieles

Presidente: Acudamos, hermanos, a la misericordia infinita de nuestro Dios, que escudriña nuestros corazones, y presentémosle nuestras oraciones diciendo con humildad:

Señor, muéstranos tu gloria.

  1. Para que nuestra Iglesia vaya cada día encaminándonos hacia la gloria de Cristo, purificándonos de nuestras manchas, a través del sacramento del perdón, durante este tiempo de Cuaresma. Oremos.
  2. Por el Papa, obispos y sacerdotes, para que en este tiempo de Cuaresma sean dispensadores generosos de la misericordia de Dios. Oremos. 
  3. Por todos los hombres del mundo, para que en medio sus angustias y a pesar de sus pecados, confíen en la misericordia de Dios y busquen la luz que sólo puede venirles de
    Cristo. Oremos
  4. Por los peregrinos y emigrantes, los hombres sin techo y sin patria, para que esa gloria que hoy se nos ha manifestado a nosotros, les ilumine también a ellos para que encuentren el camino a una vida mejor. Oremos.
  5. Para que los que celebramos hoy esta santa Misa, preparemos nuestros corazones para que lleguen a ser, por medio de la penitencia cuaresmal, tierra fecunda en la que la Palabra de Dios produzca buenos y abundantes frutos. Oremos.

Presentación de las ofrendas

Iluminados por la gloria de Dios nos encaminamos ahora al altar, para presentar nuestras humildes ofrendas de pan y vino, que se convertirán en la presencia vivificante de Cristo Jesús.

Comunión

Acerquémonos ahora a recibir el Cuerpo de Cristo y pidámosle que transforme nuestra vida para llegar -transfigurados por su misericordia- a las festividades pascuales. Cantemos todos.

Final

Como los discípulos bajaron de la montaña, después de haber contemplado la gloria de Dios, nosotros también hoy vamos al mundo a contar las maravillas que Jesús hoy nos ha permitido vivir en esta Santa Eucaristía.

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