(Misa con niños, catequistas y padres)
Prepara: Javier Leoz
1. INTRODUCCIÓN
¡Venid! ¡Venid hermanos, venid! ¿No escucháis? ¡Son los cánticos de los Ángeles! ¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres que Dios ama!
¡Venid! ¡Venid, pastores, venid! ¿No lo oís? ¡Es el llanto de un Niño que llora por los que lloran y ama incluso por aquellos que ni le aman ni saben amar!
¡Venid! ¡Venid, hermanos, venid! ¡Hoy esta noche en la ciudad de Belén ha nacido el amor! ¡Hoy, donde hay pobreza y humildad, nace el amor! ¡Hoy, donde se escucha un mensaje de paz, es porque Dios ha nacido!
¡Venid, hermanos, venid! Dios, por fin, desciende desde el cielo y, en el rostro de un Niño, nos enseña su rostro de amor y de ternura, de inocencia y de perdón, de alegría y de redención.
(El sacerdote entra en la iglesia –que puede estar en penumbra- sosteniendo una imagen grande el Niño Jesús. Le acompañan varios fieles –por ejemplo 12- con cirios encendidos. Al llegar al altar, precedidos del Evangeliario, se encienden las luces, se inciensa)
2. PERDÓN
2.1. Dios es generosidad y nunca quiso ser grande. ¿Por qué nos gusta tanto la apariencia? Señor que naces, ten piedad.
2.2. Entre maderas el Señor nace y, entre maderos, Jesús morirá. ¿Por qué olvidamos a los más pobres? Señor que naces, ten piedad
2.3. Dios se hace Niño para que entendamos el camino de la inocencia y la verdad. ¿Por qué, a menudo, disfrazamos nuestras palabras y nuestras obras con el orgullo o la vanidad? Señor que naces, ten piedad
3. MONICIÓN A LAS LECTURAS
La luz, la salvación, la victoria del Señor se refleja, preciosamente, en el Nacimiento de Cristo en Belén. Las tres lecturas tienen en este día un punto convergente: DIOS NOS AMA. DIOS ES LUZ PARA AQUELLOS QUE LE BUSCAN. Día tras día, hoy en Belén, el Señor se entrega por el hombre. ¿Podemos esperar más de El? Escuchemos atentamente la Palabra de Dios.
4. ORACIÓN DE LOS FIELES
4.1. Por la Iglesia. Para que sea siempre portadora de esperanza y de luz. Para que lleve a los hombres una llamada a la paz y sea un camino de fe y de encuentro con Dios. Roguemos al Señor.
4.2. Tengamos un recuerdo especial, en esta noche, por los cristianos de Tierra Santa y muy especialmente por los habitantes de Belén. Para que, ellos que están cerca del lugar del pesebre, presenten nuestras oraciones e inquietudes. Roguemos al Señor.
4.3. Por todas nuestras familias que, en esta noche, hemos celebrado en honor de Jesucristo la cena de Noche Buena. Para que vivamos con espíritu de fe y de alegría estas navidades. Roguemos al Señor.
4.4. Por los tristes y por los pobres. Por aquellos que viven solos. Por las personas que no creen ni esperan nada de la Navidad. Para que Dios llene todo con su presencia y con su Palabra. Roguemos al Señor.
4.5. Un recuerdo especial, amigos y hermanos, por aquellos que –en el cielo- están adorando y ofreciendo su canto a Dios. Por nuestros difuntos. Que Dios les conceda una Navidad gozosa en el cielo. Roguemos al Señor.
5. OFRENDAS
5.1. Con esta palabra “GLORIA” queremos manifestar ante el Señor nuestra alegría y nuestro regocijo. Hoy, por toda la tierra, sigue resonando este Himno que refleja nuestra acogida, nuestra emoción y nuestra música.
5.2. Con esta bandeja con tierra, paja y maderas, queremos simbolizar la humildad del Señor. Pudo haber nacido en palacio, prefirió una oscura gruta; pudo haber nacido en familia rica, optó por la humildad. Que también nosotros sepamos que, la pobreza de Dios, es riqueza para entrar en el Reino de los Cielos.
5.3. Belén significa “casa del pan”. Con esta hogaza y con este cántaro de vino, simbolizamos nuestro deseo de fortalecer nuestra fe con la Palabra y la Eucaristía. Dios nace en un portal, pero Jesús, todos los días en la mesa del altar viene para compartir nuestras penas, sufrimientos, gozos, muerte y resurrección.
6. ORACIÓN
Bienvenido, Señor, esta es tu casa
Haz de nuestro mundo
un hogar de pan y de paz
los hombres rompemos en pedazos la gran casa del mundo
reconstrúyela con tu nacimiento
Bienvenido, Señor, a la tierra
haz de nuestro suelo,
caminos de amor y de concordia
los hombres rompemos la gran partitura
que Dios compuso en el principio de la historia.
Bienvenido, Señor, en esta noche silenciosa
a un lugar donde habita y reina el ruido;
queremos escuchar palabras de amor
queremos ver el rostro de Dios
queremos comprender que, para llegar hasta El,
hay que inclinarse y entrar pequeño en Belén.
Bienvenido, Señor, a nuestra miseria
¿Te das cuenta, Jesús, dónde has entrado?
¿Conoces, Jesús, el estado de nuestro corazón?
Aún así, Señor, ¡gracias por venir!
Eres la gran noticia de esta noche
La luz que ilumina el camino incierto del hombre
El llanto que nos hace de nuevo ser solidarios
El Niño que, en el mundo, es salvación y futuro
Bienvenido, Señor, a este valle
Permítenos, como los pastores,
Ofrecerte lo que somos y tenemos
Déjanos, en el universo que rodea este Misterio,
Unirnos al coro de los ángeles y arcángeles
Doblamos nuestras rodillas ante, Ti, Señor,
¡Eres tan pequeño y tan grande!
¡Tan débil y tan fuerte!
¡Tan inocente y tan sabedor de lo que te espera!
¡Bienvenido, Señor, a nuestra tierra!
Protegedle, José y María,
La paz, el amor, la concordia,
La fraternidad, el mundo, el hombre...
Todo le espera y todos le necesitamos.
Amén
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