Monición de entrada
Muy buenos días (tardes, noches) queridos hermanos. Con mucho gozo nos congregamos en torno al altar del Señor, para celebrar la Santa Misa en el Vigésimo noveno domingo del tiempo ordinario. Sean bienvenidos.
La liturgia de hoy nos muestra el poder de la oración y pone su acento en la perseverancia e insistencia con que debemos acudir a Dios. Lo hará de manera especial por medio de la parábola de la viuda insistente.
Conscientes del poder que tiene nuestra oración, comencemos esta celebración de pie, cantando juntos el canto de entrada…
Moniciones a las Lecturas
Opción 1: Monición para todas las lecturas
Las lecturas de este domingo son un estímulo en nuestra vida de oración. “Para mostrarles la necesidad de orar siempre sin desanimarse”, Jesús cuenta a sus discípulos una parábola con el relato de una viuda que clama justicia al juez. Otro testimonio sobre la oración constante lo encontramos en Moisés, en el pasaje del libro del Éxodo. En el trasfondo de ambos textos está la confianza en el Dios cercano, que, como dice el salmo, guarda la vida de sus elegidos. Escuchems con mucha atención.
Opción 2: Monición para cada una de las lecturas
Primera Lectura (Éxodo 17, 8-13)
Del libro del Éxodo leemos hoy un pasaje sobre la eficacia de la oración de Moisés por su pueblo. La mejor forma de ganar una batalla es por medio de la oración. Escuchemos.
Salmo Responsorial (120)
El salmo 120 nos invita a dirigir nuestra mirada hacia Dios cuando hay dificultades, pues nuestro auxilio siempre nos viene del Señor. Por eso digamos todos:
Segunda Lectura (2 Timoteo 3, 14—4, 2)
Pablo escribe a su discípulo Timoteo y le recomienda encarecidamente que profundice en la Escritura y se mantenga fiel a ella, porque en ella está la verdadera sabiduría. Escuchemos esta exhortación que ahora se dirige a nosotros.
Evangelio (Lucas 18, 1-8)
Por medio de la parábola de la viuda insistente, Jesús nos da ahora una lección de cómo debe ser nuestra oración. Dispongámonos a la escucha de esta Palabra, cantando primero el aleluya.
Oración de los Fieles
Ahora pongamos en práctica la Palabra que hemos escuchado y dirijamos con fe nuestras oraciones a Dios. Contestaremos todos: «Señor escucha nuestra oración».
- Por la Iglesia, para que, viviendo en oración, nos lleve a sentir confianza para dirigirnos a Dios y vaya incrementando nuestra fe. Oremos.
- Por los que dirigen los destinos de las naciones, para que gobiernen con justicia, de tal manera que generen confianza en los pueblos. Oremos.
- Por los que sufren por distintas causas y están desesperados, para que hoy encuentren respuestas de fe. Oremos.
- Por todos nosotros, para que aprendamos a orar con confianza, sin desanimarnos cuando la respuesta que buscamos tarda en llegar. Oremos.
Presentación de las Ofrendas
Con nuestros cantos ofrecemos también el pan y el vino, y con ellos llevemos al altar también nuestra confianza en Dios que cuida de nosotros.
Comunión
Cristo nos invita a compartir su mesa. Acerquémonos con fe a recibir y comer el Pan que da la vida. Cantemos.
Final
Cristo nos ha fortalecido con su Pan y su Palabra. Vayamos ahora a vivir nuestra vida en alabanza y agradecimiento confiando en Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario