Gracias, Señor, por venir a nosotros en esta comunión.
Aunque a veces nuestros pasos nos alejen de ti, tú siempre nos esperas y sales a nuestro encuentro, dispuesto a darnos tu abrazo de acogida.
Ayúdanos a vivir con un corazón generoso, dispuesto siempre a perdonar, a acoger, a abrazar a nuestros hermanos y a celebrar con ellos el encuentro contigo.
Gracias, Señor, porque nos acoges sin regañar, nos perdonas sin preguntar, y como buen Padre, estás dispuesto a celebrar el regreso de cada uno de tus hijos. No dejes que nos apartemos de ti.
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