07 septiembre 2022

Liturgia Domingo 11 de septiembre 2022 / 24º Domingo del tiempo ordinario - Ciclo C

 —BIENVENIDA: 

Antes de la salida del celebrante

Celebramos hoy el domingo vigésimo cuarto durante el año. Y reunirnos para celebrar el Día del Señor es celebrar una fiesta, porque sabemos y experimentamos que Dios nos ama. Y al celebrar, una vez más, la Cena del Señor, Él pondrá en nuestras manos el sacramento que resume todo el amor del Padre revelado en su Hijo.

Dios hoy nos manifiesta la inmensidad de su amor, su misericordia infinita, que no sólo perdona nuestros pecados, sino que nos llama a su servicio mostrándonos una total confianza. Él nos ofrece su amor a pesar de nuestros pecados, y se prodiga en perdón, como con el hijo prodigo, que es nuestra propia historia. Él nada pide, sólo espera - porque ama - nuestra conversión que nace del recuerdo de su amor de Padre y de la experiencia desoladora de lo puramente material.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Ex 32, 7-11. 13-14)        

El pueblo de Israel necesitaba tener a mano un Dios manejable..., se le hacía muy difícil confiar en el Dios libre e invisible del Sinaí; de aquí su pecado.

SALMO RESP.:    (50, 3-4. 12-13. 17. 19)      

RIré a la casa de mi Padre.

2ª. LECTURA:     (1 Tm 1, 12-17)   

Esta experiencia de Pablo, es algo que no se cansa de comunicarnos a nosotros: Dios ha perdonado sus pecados y lo ha amado, llamándolo a su servicio con una total confianza en él.

EVANGELIO:   (Lc 15, 1-32)

Hoy, con espíritu renovado, como si fuera la primera vez, vamos a escuchar las parábolas del amor entrañable que Dios Padre tiene por todos nosotros.

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Hermanos, conociendo la infinita misericordia de nuestro Padre del Cielo y su amor por nosotros, hagamos que, a través de nuestra plegaria, nuestro amor llegue a todos los hombres del mundo, sin distinciones ni exclusiones.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"PADRE, ESCÚCHANOS Y DANOS TU AMOR"

—Padre bueno, te pedimos por la Iglesia, para que ella sea el espacio de la acogida, el amor y el perdón, en donde todos los hombres puedan sentirse hermanos, pecadores perdonados y amados, oremos...

—Dios de amor, te pedimos por nuestra comunidad diocesana, para que todos encuentren en ella una verdadera Iglesia de amor, de misericordia y de perdón, en la que caminemos todos juntos tras el único Pastor y Maestro, Jesús, oremos...

—Señor de la vida, te pedimos para que, en nuestra patria, Dios vuelva a ser el fundamento de nuestra vida y de nuestra moral y retornemos a los valores evangélicos, oremos…

—Por todos los educadores, para que, asumiendo su compromiso con el Evangelio, iluminen la mente de sus alumnos con la verdad e incendien sus corazones con el amor a Dios y al prójimo, oremos...

—Padre nuestro, te pedimos por toda nuestra comunidad, para que, con verdadero amor de hermanos, busquemos a todos los que se han apartado de la Casa del Padre y alegrándonos sinceramente por su vuelta, les mostremos con nuestra actitud, la misericordia y la ternura de Dios, oremos…

 

CELEBRANTE:

Señor, tú que celebras con alegría la conversión de cada pecador, danos tu ayuda y tu gracia, para que no sólo que ayudemos a la conversión de los demás, sino que también por nuestra generosidad, les evitemos el caer en pecado, y así les demos ocasión de alabarte por tu bondad. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Nuestro Padre espera que nosotros obremos con los demás de la misma manera que su Hijo lo ha hecho con nosotros: amando y perdonando de verdad; ofrezcámosle nuestra disposición a hacerlo.

 

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

El perdón que Dios nos ofrece y que nosotros aceptamos por la conversión, hace que haya alegría en el Cielo. Como el pastor y el ama de casa, el Señor nos invita a celebrar esta alegría con Él, alrededor de la mesa del altar.

COMUNIÓN:

El participar todos juntos de un mismo Pan, debe ser un gesto que exprese que todos nos aceptamos, a pesar de nuestros defectos, como comensales de la Cena del Señor, sin excluir a nadie.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Una sola palabra podría resumir la vivencia de nuestra celebración dominical: la alegría. Porque se apoya en el amor constante del Padre; en el perdón que se nos ha revelado en Jesucristo; en el don del Espíritu para seguir adelante; en la unidad que todos formamos alrededor del altar.

Nos despedimos cantando...

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