DOMINGO VEINTICUATRO
1. - Si entendiéramos el evangelio que acabamos de escuchar, se caerían inmediatamente tantos ídolos que adoramos como si fueran dioses y tantos dioses ridículos que falsean la imagen del Dios de Jesús.
- Leyendo el evangelio de hoy fácilmente entendemos que, en verdad, Dios es lo que nos dice Jesús de Él: “el Abba”, el papi querido(Tm.6,9).
- Para Jesús Dios:
+ No es el siempre vengativo, sino el que
siempre ama, porque es Padre.
+ No es el que siempre nos espera en la bajadita
para cobrárselas, sino el que siempre perdona,
porque es Padre y como Padre bien ama.
+ No es el que espera impaciente que volvamos
a El, sino el que sale a nuestro encuentro,
porque es Padre y ama.
+No es el que nos rechaza con desprecio, sino el
que siempre tiene los brazos abiertos para
+ No es el juez que guarda nuestros expedientes
para echarnos en cara más tarde o más
temprano, nuestros pecados, sino el que hace
fiesta porque de nuevo estamos en la casa,
porque es Padre y ama.
+ No es el que condena para siempre, sino el
que siempre nos brinda una nueva
oportunidad, porque es Padre y ama.
+ No es el que nos hunde con complejos de
culpabilidad, sino el que siempre tiene una
palabra de aliento y de ánimo, porque es Padre
y ama.
- Con el evangelio de hoy se derrumban de sus altares tantos ídolos que nos hemos fabricado y se pone en su lugar el único Dios verdadero, el Dios de Jesús, el Abba, el papi querido que siempre nos mira con amor.
3. Otra de las grandes enseñanzas del evangelio que acabamos de escuchar, es que Dios, nuestro Padre es FIESTA, porque es Padre, es vida y da la vida. Donde está la vida está Dios: “Dios no es Dios de muertos” (Mt.22,32).
- Donde hay vda, existe la fiesta. Cuando la vida se malogra y se deteriora, la fiesta desaparece.
- No hay fiesta cuando la oveja o la moneda se ha perdido.
- No hay fiesta, cuando la vida del hijo se pierde y se muere, o anda por malos pasos.
- Pero la fiesta llega y se comparte, cuando lo perdido se encuentra y la vida se recupera:
+ El pastor “lleno de alegría”, dice a sus amigos:
“Alégrense conmigo porque he encontrado la oveja pérdida”
(Lc.15,5-6).
+ La mujer dice a sus amigas:
“alégrense conmigo porque he encontrado la moneda
pérdida” (Lc.15,9).
+ El padre, “enternecido y cubriendo de besos al
hijo” que vuelve a la casa, dice a los criados:
“Comamos y hagamos una fiesta” (Lc.15,23).
+ El hijo mayor que piensa con la lógica de la razón, pero no
con la lógica del corazón como el Padre, se opone a la
fiesta.
No entiende de amor y, por eso, tampoco entiende de perdón. E¡ Padre tiene que decirle:
“Hijo, era necesario hacer fiesta y alegrarse porque este
hijo mío estaba perdido y lo he encontrado; estaba muerto
y ha resucitado” (Lc. 15,32).
- La alegría de una vida que se recupera, que se rescata, que vuelve de nuevo a ser vida, se desborda hasta llegar al cielo mismo. EL CIELO SE CONTAGIA DE LA ALEGRÍA DEL PADRE (Lc.15,7.10).
Dice un proverbio sueco:
“Una alegría compartida se transforma en doble alegría.”
SÓLO DIOS SABE LO QUE VALE LA VIDA, porque es Padre y ama.
- Sólo los padres saben lo que vale la vida:
+ Por eso les duele, cuando la vida de un hijo se pierde por
caminos falsos; pero se llenan de una profunda alegría
cuando el hijo vuelve y se reencuentra, de nuevo, consigo
mismo y con los suyos. Esa es una alegría que contagia a
toda la familia.
+ Por eso lo pasan muy mal, cuando un hijo malogra su vida
con las drogas y el alcohol o cualquier otra cadena; pero se
llenan de una profunda alegría, cuando ven que su hijo
querido ha roto todas esas cadenas que le impedían vivir.
Esa alegría es una alegría que contagia a toda la familia.
+ Nosotros mismos sabemos, por experiencia, la alegría que
conlleva el haber dejado todo aquello que estaba
perjudicándonos a nosotros mismos o a nuestra familia.
Nuestra alegría es una alegría que contagia.
3.- CUANDO EXPERIMENTAMOS QUE DIOS ES “ABBA”, PAPI QUERIDO, experimentamos que Dios es:
+ Amor y, por eso, perdón que termina en fiesta.
+ Abrazo que nos hace sentir cercanos y, por eso, termina en
fiesta.
+ Oportunidad que siempre está a la orden y, por eso,
termina en fiesta.
+ Aliento, ánimo, paz y, por eso termina siempre en fiesta.
- QUIEN NO HA ENTENDIDO QUE DIOS ES “ABBA”, CREE QUE DIOS ES UN VIEJO ABURRIDO Y FASTIDIOSO.
- CUANDO DESCUBRIMOS QUE DIOS ES ABBA, DESCUBRIMOS QUE DIOS ES FIESTA Y CON ÉL LA VIDA SE HACE FIESTA COMPARTIDA.
- Sólo quien sabe amar como el padre, es capaz de hacer fiesta, cuando perdona, porque el perdón dado y recibido, recupera la vida.
- Quién perdona como el padre y recibe el perdón como el hijo menor de la Palabra, tiene que hacer fiesta, porque la vida se recupera y se hace presente la reconciliación.
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