—BIENVENIDA:
Antes de la salida del celebrante
El misterio que hoy celebramos: la solemnidad de la Transfiguración del Señor, lo manifestó Jesús a sus discípulos en el monte Tabor; deseando infundir en sus corazones una firmísima e íntima convicción, de modo que por lo presente creyeran en lo futuro, realizó ante sus ojos aquella admirable manifestación como una imagen prefigurativa del Reino de los Cielos.
Cristo hoy se nos manifiesta en el esplendor de su gloria, de su divinidad: mientras está orando se transfigura y reviste su cuerpo de un esplendor extraordinario. En la transfiguración, sus discípulos experimentan una gran felicidad y fortalecen su fe; la transfiguración nos confirma en la esperanza de la futura resurrección, ya que también nuestros cuerpos serán semejantes al cuerpo glorioso de Jesús, que hoy nos pide que escuchemos sus enseñanzas y lo sigamos, para poder ser con Él, coherederos de la gloria celestial.
—LITURGIA DE LA PALABRA:
1ª. LECTURA: (Dn 7,9-10.13-14)
Este texto profético del Antiguo Testamento, nos presenta al Mesías que se nos manifiesta en la gloria de su Realeza sobre todas las naciones y los pueblos.
SALMO RESP.: (96, 1-2. 5-6. 9)
R. El Señor reina, altísimo por encima de toda la tierra.
2ª. LECTURA: (2 Pe 1,16-19)
El primero de los Apóstoles nos exhorta a conformar realmente nuestras vidas con la nueva, recibida por la gracia de la Sangre de Cristo.
EVANGELIO: (Mc 9, 2-10)
En la proclamación del santo Evangelio, vemos a Jesús en el pasaje de la Transfiguración, donde Él anticipa a sus discípulos más íntimos, el desenlace victorioso de su misión de comunicar vida.
—ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Y ahora hermanos, acudamos a nuestro Padre, que maravillosamente transfiguró a Jesucristo, nuestro Salvador, en el monte santo, y presentémosle nuestras necesidades y las de todos nuestros hermanos.
GUÍA: A cada una de las intenciones responderemos orando:
"QUE TU LUZ, SEÑOR, NOS HAGA VER LA LUZ"
—Padre lleno de amor, te pedimos por la Santa Iglesia, para que, en medio de las dificultades del mundo, viva transfigurada por la esperanza de tu victoria, oremos...
—Padre bueno, te pedimos por el Papa Francisco y nuestro Obispo, para que, llenos de la paz y alegría que son fruto de la esperanza en la resurrección, sirvan siempre fielmente a tu pueblo, oremos...
—Padre y Señor de la historia, te pedimos por nuestra Patria, para que todos, principalmente los que tienen la responsabilidad de guiarla, nos unamos de verdad e imploremos la asistencia del Espíritu Santo, para que nos ilumine en las decisiones que nos ayuden a superar las dificultades que vivimos, oremos…
—Padre y Señor de la vida, te pedimos por los que sufren, los enfermos, los abandonados, los sin techo, los que han quedado sin trabajo, los pobres de este mundo, para que encuentren el acompañamiento de tu amor y bondad infinita, en nuestra ayuda fraterna, oremos...
—Padre misericordioso, te pedimos por todos los cristianos, para que escuchemos siempre fielmente a tu Hijo, y así sepamos iluminar a todos los hombres con su Evangelio y podamos ser con Cristo, coherederos del Reino de los Cielos, oremos...
CELEBRANTE:
Padre nuestro, recibe bondadosamente estas intenciones que hemos puesto en tu presencia, y haz que, escuchando siempre la voz de tu Hijo amado, lleguemos a ser un día sus coherederos en la gloria. Te lo pedimos por Él, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.
—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:
Junto a estas ofrendas, presentemos al Padre nuestras propias vidas en un sincero deseo de cambio profundo, para poder vivir auténticamente los valores evangélicos en toda ella.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea
—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")
Que nuestra celebración de hoy sea un canto de acción de gracias, porque Dios nos hace partícipes de la gloria de Jesucristo Resucitado.
—COMUNIÓN:
El comer juntos, en comunidad, el pan de la Eucaristía, es como una verdadera transfiguración para salir renovados, para dejar todas las seguridades y vivir la aventura de fiarnos sólo de Dios.
Cantamos...
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
—DESPEDIDA:
Este camino de peregrinos que recorremos, se fortalece con la segura esperanza de nuestra futura resurrección, en la que también nuestros cuerpos serán semejantes al glorioso de Jesús, pero para ello es necesario que respondamos de verdad a la gracia que el Señor nos ofrece, renovando profunda y totalmente nuestras vidas.
Nos despedimos cantando...
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