¡Buenos días, hermanos y amigos! Nos sentimos felices de que estén aquí con nosotros, y les deseamos paz y alegría de parte del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Estamos en el Domingo Veintiuno del Tiempo Ordinario. La Liturgia de la Palabra de hoy nos recuerda que todos, sin distinción, somos llamados a la salvación, porque ésta no depende de nuestros méritos sino sólo de la bondad de Dios. Sin embargo, la salvación no es una imposición sino una opción personal: está a nuestra disposición pero hay que ganársela con esfuerzo, siendo constantes y perseverantes en el bien. Dios, como Padre Bueno, nos va corrigiendo y orientando nuestras vidas hacia la salvación.
Seguros de la presencia del Resucitado aquí y ahora en medio de nosotros, pongámonos de pie y demos gracias a Dios Padre por este banquete de amor.
MONICIÓN PRIMERA LECTURA ( Isaías 66,18-21)
La Primera Lectura nos dice que la señal de la venida del Mesías será la unión de todos los pueblos. Para que esta reunión se realice el Señor enviará sus mensajeros al mundo entero. Escuchemos…
PRIMERA LECTURA
De todos los países traerán a todos vuestros hermanos
Lectura del libro de Isaías 66, 18-21
Así dice el Señor:
y anunciarán mi gloria a las naciones.
De entre ellos escogeré sacerdotes, y levitas»
—dice el Señor—.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 116, 1. 2 (R.: Mc 16, 15)
R. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio
O bien:
R. Aleluya.
MONICIÓN SEGUNDA LECTURA (Hebreos 12,5-7.11-13)
La Segunda Lectura nos recuerda que las dificultades que encontramos para vivir nuestra fe cristiana son una pedagogía de Dios, Padre Bueno, para ir corrigiendo nuestras direcciones equivocadas. Se nos invita también a sostenernos en las vicisitudes. Escuchemos…
SEGUNDA LECTURA
El Señor reprende a los que ama
Lectura de la carta a los Hebreos 12, 5-7 11-13
Hermanos:
Habéis olvidado la exhortación paternal que os dieron:
—«Hijo mío, no rechaces la corrección del Señor, no te enfades por su reprensión; porque el Señor reprende a los que ama y castiga a sus hijos preferidos».
Aceptad la corrección, porque Dios os trata como a hijos, pues, ¿qué padre no corrige a sus hijos?
Ninguna corrección nos gusta cuando la recibimos, sino que nos duele; pero, después de pasar por ella, nos da como fruto una vida honrada y en paz.
Por eso, fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes, y caminad por una senda llana: así el pie cojo, en vez de retorcerse, se curará.
Palabra de Dios.
MONICIÓN EVANGELIO (Lucas13,22-30)
Hoy Jesús nos advierte que aunque la salvación sea para todos, de nuestra parte se requiere constancia y perseverancia en el bien. Sólo los que perseveren en el bien se sentarán a la mesa del Reino. Abramos los oídos, la mente y el corazón, y pongámonos de pie para acoger el Santo Evangelio.
Aleluya Jn 14, 6
EVANGELIO
Vendrán de oriente y occidente y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios
Lectura del santo evangelio según san Lucas 13, 22-30
En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando.
Uno le preguntó:
—«Señor, ¿serán pocos los que se salven?».
Jesús les dijo:
—«Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta, diciendo:
«Señor, ábrenos»;
y él os replicará:
«No sé quiénes sois».
Entonces comenzaréis a decir.
«Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas».
Pero él os replicará:
«No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados».
Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros os veáis echados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios.
Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos».
Palabra del Señor.
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