30 agosto 2022

Monición para el Vigésimo Tercer Domingo del Tiempo Ordinario - Ciclo C

 23o. Domingo: Estructura personal del creyente


Monición de entrada:


Hoy Cristo nos dice como podemos responder a su llamado y seguimiento. Las condiciones no son fáciles. Tenemos al Espíritu Santo como guía y orientador. El Evangelio de hoy señala el precio para seguir a Cristo. Conviene rectificar la ruta de nuestro diario caminar. Las condiciones ineludibles para el verdadero seguimiento de Cristo es la renuncia a nuestros bienes y nuestro propio yo.

Cuando estemos dispuestos a postergar cualquier interés y conveniencia nuestra y dar paso a los intereses de Cristo, entonces su espíritu habitará en nosotros e iluminará nuestras decisiones. De pie para recibir la procesión con el cántico de entrada.

Primera lectura: Sabiduría 9, 13-19 (¿Quién comprende lo que Dios quiere)

Oigamos las reflexiones y la oración del Rey Salomón, quien se dirige primero a los judíos, sus compatriotas, cuya fidelidad está en peligro por el prestigio de otra civilización. El rey reflexiona preguntando, ¿Quién puede conocer los designios de Dios? ¿Quién comprende lo que Dios quiere? Los juicios humanos son inseguros y parciales. El rey reafirma que la auténtica Sabiduría viene de Dios. Presten mucha atención a este mensaje del libro de la Sabiduria.


Segunda lectura: Filemón 9b, 10. 12-1. 22-24a (Pablo intercede por el esclavo Onésimo)

La segunda lectura está tomada de la carta más breve de San Pablo: Filemón. El apóstol intercede a favor de su amigo Onésimo, que era esclavo de Filemón y se había escapado de la casa de su amo. Pongan atención.


Tercera lectura: Lucas 14, 25-33 (Condiciones para ser discípulo de Jesús)

El evangelio de hoy nos presenta las exigencias prácticas y drásticas para seguir a Cristo. Cristo, a quien queremos seguir, será horizonte fundamental de nuestra perspectiva. Escuchemos muy bien para que podamos responder personalmente a Cristo que nos llama a ser sus discípulos. De pie, por favor, para cantar el Aleluya.


Oración Universal:

1. Por la Iglesia, para que libere a los hombres de la esclavitud del pecado que les impide caminar hacia el Padre. Roguemos al Señor.

2. Por los gobernantes, para que el Señor les conceda sabiduría y prudencia por el bien de su pueblo. Roguemos al Señor.

3. Por la juventud, para que respondan con generosidad a la llamada del Señor, y le sirva en la vida sacerdotal o religiosa. Roguemos al Señor.

4. Por los enfermos, los ancianos y los que no pudieron asistir a la Eucaristía de hoy, para que reciban el consuelo de Dios y sus hermanos. Roguemos al Señor.

5. Por nosotros mismos, para que aceptemos la Cruz y sigamos a Cristo superando todas las dificultades. Roguemos al Señor.


Exhortación Final

(Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, España, 1993, p. 569)

Te glorificamos, Padre nuestro del cielo, porque Jesús
nos enseñó el camino que por la abnegación lleva a la vida.
Con su ejemplo nos mostró la ruta ardua y gozosa del seguimiento.
Él fue el primero en la opción total por el reino de Dios,
y se adelantó a entregar la vida para ganarla definitivamente.
Caminando con Él, Cristo nos quiere libres para amar y darnos.

Ayúdanos, Señor, a hacer nuestros sus criterios y actitudes
para liberarnos de nuestro yo mezquino, egoísta y estéril.
Por su palabra y su ejemplo que nos precedió, entendemos que
la medida de nuestra libertad es la capacidad de amar a los demás
olvidándonos de nosotros. ¡Ayúdanos, Señor, con tu gracia!

Amén.

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