Inicial.
Con alegría estamos reunidos para celebrar la Eucaristía en el Día del Señor. Él es el que nos llama y nos reúne a todos los que hacemos la opción de seguirle, de ser sus discípulos.
Hoy, nos va a recordar la misión que como discípulos suyos nos sigue encomendando: ponernos en camino para anunciar que el reino de Dios está cerca, ser transmisores de paz y orar para que el dueño de la mies envía obreros a su mies. Jesús nos ha llamado por nuestro nombre y enviado a trabajar a la mies, esperando de nosotros una respuesta generosa.
Este primer domingo de julio, próximo a la fiesta de San Cristóbal, la Iglesia celebra la Jornada de responsabilidad en el tráfico. Seamos prudentes y respetuosos en la conducción.
Primera Lectura.
Después del exilio de Babilonia, el profeta, en nombre de Dios, anuncia a su pueblo un futuro lleno de esperanza: vendrá como un río la paz sobre Jerusalén, que como una madre reúne a sus hijos.
Segunda Lectura.
San Pablo nos dice que, el único motivo de orgullo para el cristiano es abrazar la cruz de Cristo, única fuente de libertad y de paz, que nos llevará a ser criaturas nuevas. Hoy, también estamos llamados nosotros a abrazarla.
Evangelio.
Vamos a escuchar en el Evangelio, cómo Jesús manda discípulos a prepararle el camino, anunciando la Buena Noticia. Los envía ligeros de equipaje y con la paz como distintivo.
Puestos de pie cantamos aleluya.
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