Inicial.
El Señor resucitado nos convoca de nuevo en este 6º domingo de Pascua, que nos aproxima a las fiestas de la Ascensión y Pentecostés, con las que finaliza el tiempo pascual. Vamos a escuchar su Palabra, que resuena hoy con la misma frescura que en la primitiva Iglesia y dejándonos llenar del Espíritu, vivamos en el amor y la verdad, garantía de que Dios habita en nosotros.
En este domingo, la Iglesia española nos invita a celebrar la Pascua del Enfermo. Una celebración que pone fin a la Campaña del Enfermo, iniciada el 11 de febrero con la Jornada Mundial. El tema de esta Campaña es: “Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso” y como lema: “Acompañar en el sufrimiento” (y acogemos también en ella a los hermanos que van a recibir el Sacramento de la Unción).
Iniciamos la celebración con la aspersión del agua, que nos recuerda nuestro bautismo.
Primera Lectura.
En las primeras comunidades cristianas surgen dificultades, ya que no todos eran judíos, ni veían la ley de la misma forma. Escuchemos cómo los apóstoles se reúnen y discuten el problema, diciendo que sólo lo fundamental es necesario.
Segunda Lectura.
El libro del Apocalipsis nos presenta a la Iglesia como la nueva Jerusalén que Dios tiene preparada. Brilla y resplandece con la luz de Dios y del Cordero.
Evangelio.
Jesús nos habla de nuevo del amor y la paz, y nos dice que, el que le ama guarda su Palabra y Dios habita en él. Esta presencia ha de transformar nuestra vida.
Puestos de pie cantamos aleluya.
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